Sobre el conflicto obrero de Siderar Canning Por Juan José Lázzari (entrevista y edición) Tras 25 días de duro conflicto, con varias conciliaciones dictada por el Ministerio de Trabajo y órdenes de desalojo a pedido del hombre que integra el podio de los más ricos del país (Paolo Rocca), los […]

El domingo a la noche, un temeroso Alberto Fernández no se atrevía siquiera a nombrarlo, cualquier peregrina esperanza alentada por los esforzados pogres de que el gobierno se le parara de mano a la multinacional se diluyó rápidamente. El capo de Techint no sólo no se sintió amenazado, sino que redobló la apuesta y consideró que la cuarentena había terminado, estableciendo que, a partir de este viernes, se volviera a trabajar normalmente en la planta de SIDERAR. Así es que, a las salidas de los turnos, se volvieó a ver lo que era una postal cotidiana: filas y amontonamiento de trabajadores por todos lados, demostrando, por si hacía falta, lo poco que le importa a Don Paolo la salud de sus trabajadores. Esto es algo que a los empresarios no les quita el sueño y la única diferencia con las caóticas imágenes de las filas de jubilados frente a los bancos, es que en la portería de la acería no estaban las cámaras de ningún medio.