LA POBREZA ASCENDIÓ A CASI EL 40 % Y LA INFANTIL SUPERA EL 56 %; MIENTRAS LA INFLACIÓN CONTINÚA SU MARCHA INDETENIBLE. POR ESO NO VOTAR A NINGÚN CANDIDATO AJUSTADOR NI REPRESOR.

Como espacio no somos indiferentes y tomamos partido. No nos sumamos ni a las opciones de Bulrrich, que no es solo una balbuceante acusada de alcoholismo (dejen tranquilos a los bebedores) ni al “gatito” Milei, que poco tiene de gato y mucho de peligroso. Tampoco nos sumamos al “malmenorismo” que nos propone votar a Massa, el amigo de la embajada yanqui y los grandes empresarios. 

Nuestra postura electoral es que no hay que votar a ninguno de los tres candidatos con posibilidades de ganar, que no hay que votar ajustadores ni represores.  Respetamos y alentamos a quienes expresen su repudio votando a la Izquierda (con la cual tenemos grandes diferencias pero sabemos que no son lo mismo que los candidatos patronales) o a quienes lo harán votando en blanco o absteniéndose (más allá del límite que tenga). Las consideramos expresiones válidas en el sentido de repudiar la política burguesa que nos ha puesto en la situación actual.

Pero sobre todo estamos seguros de que, gane quien gane, la perspectiva futura es de más ajuste y ataque a los sectores que luchen por defenderse; por lo que la alternativa de resistir estará dada por la organización que los sectores populares podamos darnos, de manera democrática e independiente de patrones.

Te invitamos a escuchar el análisis que hacíamos en la editorial de nuestro programa, emitido el sábado 30 de septiembre:

  • En medio de una campaña electoral donde cada fuerza y cada candidato establece su estrategia y las alianzas que cree que mejor rédito le darán; el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos dio a conocer un dato que dice mucho más sobre la realidad y sobre las causas del repudio a esta política, que se viene manifestando en los números de abstención electoral: el dato es que más del 40 % de la población se encuentra bajo la línea de pobreza, y ese número trapa a más del 60 % si hablamos de chicos y chicas menores de 14 años. Con números mucho mayores en algunas regiones del país como el Gran Concordia o el Conurbano Bonaerense, donde está cerca del 50 % o más.
  • Pero a estos datos debemos ponerlos en contexto: no estamos hablando de que toda la población argentina se haya empobrecido equitativamente, sino que la pérdida del poder adquisitivo de los sectores populares es riqueza que se transfirió hacia los sectores de la gran burguesía de nuestro país. Según el instituto CIFRA de la CTA, en el período 2016-2022 hubo una transferencia de 87.000 millones de dólares, que se licuaron de los salarios obreros y fueron a parar a las cuentas bancarias de empresarios y especuladores.
  • Pero tengamos en cuenta, además, que estos datos corresponden al primer semestre del año. Por lo tanto son anteriores a la devaluación post PASO y al pico inflacionario que se generó en consecuencia. Por lo tanto, los números actuales habrán superado ampliamente ese 40 %.
  • Ante esto, ¿qué hacen los candidatos? Massa, que está a cargo del gobierno, hizo un acto junto con las principales figuras de la burocracia sindical responsable de resignar cada vez más derechos de trabajadores y trabajadoras y, en muchos casos, de reprimir con sus patotas a quienes intentan organizarse de manera independiente. A eso se le sumaron dirigentes políticos de la talla de Juan Manzur (antiabortista que aplicaba la educación religiosa obligatoria en su provincia), etc.
  • Ante ese palco uno se pregunta. ¿qué puede prometer este candidato?, que habla de cosas como una educación de calidad o de progreso y movilidad social ascendente, pero administra un estado que mantiene a casi la mitad de la población en la pobreza, que está aplicando un ajuste contra los sueldos de la clase trabajadora, sobre todo empleados estatales como los y las docentes.
  • A esto agreguemos que hace unas semanas estuvo reunido con Gerardo Morales, dirigente repudiado por toda su provincia, a quien prometió incluir en su gabinete en un hipotético gobierno “de unidad nacional”. Esta es la opción que muchos y muchas proponen como el “mal menor” para evitar el avance del supuesto fascismo de la mano de opciones de ultraderecha.
  • Los demás candidatos no son diferentes: Patricia Bulrrich tiene un discurso represivo contra cualquier posibilidad de reclamo y organización gremial, mientras que Javier Milei gusta de prometer a los grandes burgueses todavía más ganancias y flexibilización laboral. Obviamente ambos están a favor de aplicar un ajuste brutal contra las clases trabajadoras y los sectores oprimidos.