Chile enero 2020. Foto: Luis Cuello

Como ya detallamos en una publicación anterior (Presidenciales 2021 en Chile. Debates), las elecciones presidenciales en Chile, disputadas entre el ultraderechista Kast y Boric, el candidato del sector autoproclamado “progresista”, desata intensos debates al interior de las fuerzas militantes que fueron protagonistas de la rebelión popular nacida por octubre de 2019.

Hoy, la protesta social hace tiempo ha perdido la explosividad que supo tener en los momentos más álgidos de la rebelión, y la Convención Constituyente (podríamos decir un subproducto de esa movilización)  se ha mantenido bajo los parámetros pensados por la burguesía y plasmados en el Acuerdo por la Paz, allá por noviembre de 2019. En este contexto, nuevamente el foco está puesto en las urnas.

Presentamos en esta ocasión, para aportar al debate, el análisis político que nos envía un militante territorial de Valparaíso, a quien agradecemos su disposición y su autorización para la publicación:

El garrote o la zanahoria

Si bien, el movimiento popular que emerge tras el 18 de octubre ha perdido masividad y muchas organizaciones han desaparecido, en general, creo que se ha ganado en profundidad, en consistencia y en la capacidad de hacer conscientes sus problemáticas. 

Los distintos pueblos del “chile en lucha”, viven y sufren la disgregación y dispersión de sus organizaciones. Salta a la vista, la carencia de un proyecto emancipatorio, unificador en la diversidad, que responda al presente (a la situación concreta), que encante y convenza a lxs trabajadorxs, a lxs pobladorxs, a la mujer, a lxs disidencias, a lxs secundarios, a la totalidad de lxs oprimidxs de esta franja de tierra. Sin embargo, es una cuestión que debe enmarcarse dentro de un proceso mayor, de construcción/reconstrucción de Fuerza Revolucionaria.

Todas estas profundidades e inquietudes son tareas que se deben sortear si se quiere construir la preciada autonomía de clase, si se quiere perdurar, si se quiere hablar de una perspectiva socialista. Es necesaria la hermandad entre las diversas organizaciones, el quehacer constante en el seno del pueblo y la crítica severa a los viejos dogmatismo y esquemas prefabricados (sin descubrir la pólvora), sobre esos pilares edificar, construir el horizonte, la transformación.

Masiva fue la conmemoración del 18 de octubre, a pulso se ha mantenido la lucha por la liberación de los presos políticos, el día de la violencia contra la mujer, el feminismo se movilizó con fuerza contra el avance del pinochetismo. Aquellos sucesos, demuestran que aquí estamos, que somos fuerza presente, sin embargo, en algunes compañeres la desesperanza cunde, la intelectualidad funcional a la dominación habla de la derrota del octubrismo y de la bienvenida del noviembrismo (fecha del acuerdo por la constitución), y como si fuera un déjà vu, algunes evocan la tragedia de la transición, octubre no ha sido derrotado, ha tomado posiciones y ha madurado… a cuidarse del fatalismo, no conduce a ningún lado.

Hay una calma a medias, mediada por la militarización del Wallmapu, duras condiciones de vida en las poblaciones y un avance constante en la precarización del trabajo. La burguesía no ha encontrado solución al escenario de fondo, sin embargo, pretende hacer alquimia transmutar la rabia en escaños y politicuchos corruptos, lo mismo de siempre.

En un país donde más del 50% de la población no vota, dos tácticas ofrece “el bloque en el poder” para este domingo, «el garrote o la zanahoria”, ambas en el fondo, son el continuismo por la senda de los últimos 30 años.

Kast el candidato del garrote, su eslogan de campaña, «atrévete», es una invitación del pinochetismo a empelotarse, a salir del closet. Propone alzar el garrote contra el movimiento popular, sin cinismo, sin miedo. Responde al espíritu visceral de la oligarquía, a su ser profundo, y a las ganas de pasar la factura por el 18 de O. Ahora bien, las pasiones del candidato del pinochetismo han debido ser moderadas, y está en duda la gobernabilidad que pueda ofrecer, la precariedad y profundización de la represión puede generar el efecto contrario al esperado por la derecha, y bueno, siempre es malo para los negocios la inestabilidad, sin embargo, el pinochetismo es y siempre ha sido una amenaza para el pueblo.

Por el otro lado, están los cachorros de la concertación, el FA (Frente Amplio) y Boric en alianza con el PC, la “zanahoria”, con un programa que implica el continuismo del modelo. Tendencia a la conciliación, cacareo democrático hueco, el retorno a la democracia de los acuerdos. Esta concertación 3.0, es la zanahoria que nos ponen por delante, si no, venga el garrote.

Creo que ganará Boric, diversas organizaciones y dirigencias de izquierda se han movilizado contra Kast. A su tiempo, ni tonto ni perezoso, el Frente Amplio se ha desplazado hacia el centro, integrando gente proveniente de la concertación y escondiendo al PC debajo de la mesa. Han corrido a ofrecerles garantías de gobernabilidad al empresariado, empresariado que nunca ganó tanto como en los gobiernos de la concertación. Esta concertación 3.0 (FA) recuerda a Bonaparte 2.0, cuando Marx nos decía que la primera vez era como tragedia y la segunda como farsa, y esta farsa se huele hasta el otro lado de la cordillera.

Ahora, la pregunta se las dejo a ustedes compañeros, y es mi duda, ¿cuáles son las mejores condiciones para el desarrollo del incipiente movimiento popular chileno? Pase lo que pase, con la coyuntura electoral, las tareas siguen siendo las mismas.