Hace unas semanas, una jueza de Manhattan en Estados Unidos, Loretta Preska, falló contra el Estado argentino, condenándolo a pagar una suma exorbitante a una de las empresas presuntamente afectadas por la compra de YPF por parte del Estado (2012). Este hecho, con la gravedad que conlleva, es solo un eslabón de una cadena mucho más grande de negociados, corrupción, y entrega de la soberanía, entre otras cosas. Para tratar de entender esta cuestión hablamos con Alejandro Olmos Gaona, historiador especialista en la historia de la deuda externa argentina.


Entrevista por Luis Cuello

Borrador Definitivo: Buenos días Alejandro. Nos gustaría saber su mirada sobre el fallo contra el Estado en la cuestión de YPF.

Alejandro Olmos Gaona: En este momento todo el mundo está asombrado por el fallo de la jueza Preska, por las cifras monstruosas de 16.000 millones de dólares. Y naturalmente todos los que están enfrentados al gobierno, yo no diría que festejan, pero dicen: “ven, esto es por haber hecho las cosas mal”, porque para ellos seguramente no habría que haber expropiado nada. Ahora, la realidad es que cuando se planteó el tema de la expropiación, yo era asesor del diputado Pino Solanas y en ese momento nosotros planteamos una disidencia respecto al proyecto diciendo que acá no había que expropiar solo el 51% de Repsol, que además había vaciado a la empresa, sino que había que expropiar también el 25% del Grupo Petersen y después, en un futuro, terminar con la estatización total. Ahora, ¿por qué había que expropiar a Petersen? Es porque estos sinvergüenzas se habían quedado en el 2008 con el 25% de las acciones de la empresa sin pagar un solo centavo. ¿Y por qué lo hicieron? Porque, a través de negociaciones con el gobierno que estaba en ese momento, decidieron comprar ese 25% y pagarlo con los futuros dividendos que diera la empresa. Es como si mañana usted va a un restaurante, lo compra y dice “bueno, le voy a pagar al dueño con lo que produzca el restaurante en el próximo tiempo”. Un disparate que nadie impugnó en su momento. Entonces: ¿qué pasa?: Los Petersen con esa estatización se sintieron supuestamente damnificados y han hecho una serie de maniobras en el exterior para tratar de beneficiarse de alguna manera. Entonces, iniciaron este juicio y después lo venden a un fondo buitre, al Burford, para siga el litigio, pero con la salvedad de que si se gana, ellos van a recibir el 30 % de lo que se recaude.

Ahora, cuando surge este despelote, en ese momento la Procuración del Tesoro se presenta e impugna a los tribunales de Nueva York diciendo que no son competentes; que la ley es una ley de la Nación, y además la Constitución Nacional autoriza al gobierno a expropiar lo que se le dé la gana, y que no está limitada la expropiación. ¿Pero qué ocurre? Primero, antes de expropiar se intervino, es decir acá empiezan toda la serie de torpezas que se hicieron en ese momento. Se intervino la empresa, se dijo que no se les iba a pagar un centavo porque habían hecho un montón de cosas. Ahí están las declaraciones de Kicillof que la jueza las transcribe, diciendo que es una taradez pretender cumplir con el Estatuto de YPF. Es decir: en vez de tener una visión, diríamos, jurídica de cómo son las cosas, no… se dijeron bravuconadas, patoteadas como “hacemos lo que se nos canta”. Y bueno, ahí estamos pagando las consecuencias. Por otro lado, al poco tiempo, cuando sube Macri, el Procurador del Tesoro reitera la impugnación a los tribunales de Nueva York. Pero además, dice algo que después fue desistido: plantea cómo fue la compra que hicieron los Eskenazi, los dueños del grupo Petersen, a través de fraude, de corrupción, etcétera. Entonces dice que no tienen legitimidad para accionar porque las acciones fueron mal habidas, y además de eso, inicia una demanda en los tribunales de Madrid para tratar de poner en evidencia lo que es Burford. Pero después, el actual Procurador desistió de esas acciones de Madrid y respecto a investigar la compra de Petersen, dijo: “mejor no nos metamos acá”, porque claro: a quien iban a tener que investigar en ese momento es a quien era el gobierno en el año 2008, Néstor Kirchner. Entonces, todo eso contribuye a que tengamos este resultado.

BD: En su experiencia, ¿cómo seguirá el proceso judicial a partir de ahora?

AOG: Yo creo que, primero, va a ser muy difícil desconocer esto. Aquí lo que el gobierno tiene que hacer es luchar. Primero apelar a la Corte de Nueva York, después a la Suprema Corte, pero además lo que tendría que hacer es insistir con una demanda penal para fulminar esa compra. Pero claro, si eso no se hace evidentemente, y… no nos queda otra. El otro día alguien decía que tenemos que desconocer a la justicia. ¡Pero señores!, la Argentina desde 1976 con la dictadura militar, se ha sometido reiteradamente hasta el día de hoy, sin excepción de ningún gobierno, a los tribunales de Nueva York en emisión de bonos, en contratos internacionales… ha renunciado a la inmunidad soberana del Estado. Entonces, si nosotros aceptamos todo eso, ¿ahora qué, queremos hacernos vivos? “Ah, no, no voy a cumplir con la sentencia”.

Podés leer también: ALEJANDRO OLMOS GAONA: “Esta deuda monstruosa es claramente ilegítima y no fue usada en beneficio del pueblo argentino»

BD: Para aclarar el tema a quienes no conozcan los entretelones: en el 2008 el grupo Petersen, de Eskenazi, tenía sus empresas en Santa Cruz, era dueño del Banco de Santa Cruz y estaba vinculado directamente a Néstor Kirchner, y es el propio Kirchner quien negocia con Repsol para que le venda el 25% de las acciones sin pagar un solo peso.

AOG: Exacto, entonces, claro, cuando pasa todo esto, ahora no podemos pretender arreglar toda una serie de desaciertos que están a la vista. Yo recordaba una vieja frase, legendaria ya en la historiografía medieval española, que cuando la reconquista de Granada por los reyes católicos, es decir, cuando las tropas cristianas entraron en Granada, el último rey de Granada, Boabdil, empezó a llorar. Y su madre, Aixa la Hora, que era una brava mujer, le dijo: “no llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Si nosotros no supimos defendernos: ¿qué vamos a hacer ahora? ¿A llorar sobre la leche derramada?

BD: Pero el problema es que detrás de esto hay todo un entramado de negocios espurios, porque se está hablando de la mayor estafa que ha existido en el país y con pocos antecedentes en el mundo.

AOG: ¡Pero claro! Porque además fíjese: cuando me hablan de la decisión soberana de estatizar YPF, yo siempre he creído que YPF habría que haberla estatizado, ¡pero que no me vengan a hablar de soberanía, los mismos que, un año después, le entregaron la mayor reserva de petróleo en Vaca Muerta a Chevron y que en el mes de junio del 2013, un mes después, le entregaron la segunda reserva mundial de gas en Vaca Muerta a Down Chemical de Estados Unidos, a través de contratos espurios y secretos! El de Chevron pudo ser conocido debido a que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un fallo en el 2015, ordenó al Estado que lo mostrara, pero después el de Dow sigue siendo secreto. ¿Ahora por qué sigue secreto? Porque debe ser similar al de Chevron. En el contrato de Chevron, cuando uno lo vio finalmente después de dos años de lucha, se pudo ver que había sociedades offshore constituidas para favorecer a la petrolera, se pactaba nuevamente la jurisdicción de los tribunales de Nueva York, y así lo que hemos visto siempre, en todos los contratos que ha hecho la Argentina.

BD: Acá aparece una contradicción: por un lado se habla de soberanía, de antiimperialismo, y por otro lado se pone todo bajo jurisdicción extranjera y se hacen contratos secretos.  La pregunta más allá de este fallo es: ¿es posible que en el futuro tengamos con Vaca Muerta también algunas sorpresas?

AOG: Quizás sí. Casi seguramente. Pero volviendo a este caso, lo que ocurre es que hay mucho para pelear todavía, pero hay que ver si el gobierno quiere pelearlo. Tiene que interponer un recurso ante la Corte y después ante la Corte Suprema. Y por otro lado, como yo le estaba diciendo recién, poder denunciar los Eskenazis de cómo se hizo la compra, como una forma de frenar todo ese proceso, porque si la compra está en discusión y se puede mostrar que fue fraudulenta, ellos no tendrían legitimidad para accionar. Sería una manera de bloquear el reclamo. Pero claro, hay que ver si el gobierno quiere hacerlo, si quieren  dar a luz todo ese proceso corrupto que tiene nombre y apellido, y el gobierno durante el cual ese proceso se llevó a cabo.

BD: Estamos hablando, en este caso, de un eslabón en una cadena más larga que tiene que vercon el manejo del petróleo argentino y de YPF, con una muy vieja historia de corrupción y de entrega, en su momento denunciada por Adolfo Silenzi de Stagni, ¿no?.

AOG: Exacto. Uno puede tener la ideología que quiera pero los hechos son los hechos. Entonces, hace poco yo escribí una nota en la revista Todo es Historia sobre uno de los grandes defensores de YPF y una de las personas que más hizo sobre YPF, que no es precisamente el general Mosconi. Mosconi fue el iniciador, el impulsor, el que fortaleció YPF e hizo un trabajo descomunal. Pero a Mosconi lo sacaron en el año ’30 y cuando asumió el gobierno el general Justo nombró a un amigo de él, el ingeniero Ricardo Silveira, que a pesar de haber sido presidente de YPF del ‘32 al ‘43, plena década cuestionada (NdR: se refiere a la denominada Década Infame), hizo de YPF una de las grandes empresas petroleras del mundo. Yo le pregunto a gente, especialistas en hidrocarburos, quién es Silveira y nadie lo conoce. ¿Por qué no lo conoce? Porque había que silenciar la obra de un señor que había sido puesto por un presidente cuestionado. Pero que fue el único caso en la historia de YPF que cuando se fue, porque se peleó con el último gobierno, con el último ministro de Castillo, la totalidad del personal de YPF, empleados, obreros, le entregó un álbum con más de once mil firmas de todo lo que había sido su trabajo al frente de la empresa. Pero claro, como acá depende la ideología que uno tenga, se silencia o se elogia a alguien, así pasa con todo. Y se silencia y se obvia la denuncia del contrato que había hecho Perón con la California, porque eso también ha pasado al olvido. Porque Perón en su momento, entregó 48 mil kilómetros cuadrados de territorio a una subsidiaria de Standard Oil de los Estados Unidos. No fue precisamente darle una pequeña concesión.

Entonces, el tema es ver todo en su complejidad y en su totalidad, y no analizar una partecita y dejar de lado lo que no me conviene. Y es lo que pasa con todo lo que tiene que ver con el petróleo. Porque también se “olvidan” que YPF dejó de ser sociedad de Estado en 1992 con Menem, también por insistencia del grupo de gobernadores que lideraba Néstor Kirchner. Y que el miembro informante para esa privatización fue Oscar Parrilli. Evidentemente, todo tiene un antecedente claro, ¿no?

BD: Además, creo haber leído que el gobierno de Santa Cruz, cuando era gobernador Kirchner, vendió el 5% de las acciones que le correspondían por ese proceso a Repsol.

AOG: Exacto. Pero además hay otra cosa: cuando se iba a privatizar, cuando iba a dejar de ser YPF sociedad de Estado e iba a empezar el proceso de privatización en 1992, Kirchner firmó un contrato con el Ministro Cavallo que establecía que, en el caso de que YPF fuera privatizada, el gobierno de Santa Cruz iba a recibir alrededor de 600 millones de dólares por regalías mal liquidadas. Y si YPF no era privatizada, no iba a recibir un solo centavo. Por lo cual, esa es la prueba palpable del interés que hubo en la privatización de YPF. Era una cuestión de negocios. Pero hoy ya parece que se perdió la memoria y es mejor no acordarse de eso.

BD: Es decir que, volviendo al comienzo, se ratifica que hoy el pueblo argentino, si queda firme la condena contra el Estado argentino, va a tener que pagar este desatino completo de corrupción increíble, que ya supera todo lo que hemos visto en este país de unos y de otros.

AOG: Claro, lo que ocurre es que yo creo que tampoco eso es tan fácil, porque las sentencias contra el Estado son meramente declarativas. Para ejecutar eso hay un proceso muy complicado, habría muchas instancias para recorrer. Pero claro, podrían embargarse bienes del Estado en algunos otros lugares, como lo que en su momento pasó con la Fragata Libertad. Eso nos traería una serie de complicaciones enormes. Pero claro, en principio es un largo proceso que va a llevar mucho tiempo. No es una cosa que va a caer mañana, pasado o la semana que viene. Esto va a llevar muchísimos años todavía de litigio.

BD: Contradictoriamente pone en juego todo lo que hemos charlado en esta nota.

AOG: Claro, y una de las cosas fundamentales es esto que le decía: el gobierno lo que tenía que hacer es enjuiciar a los Petersen para la nubilidad de esa compra. Y eso serviría de alguna manera para bloquear todo el proceso de lo que ellos quieren lograr a través del juicio en Nueva York.

BD: Lindo panorama…

AOG: Y bueno, es la realidad y como dije, no hay que negarla.