Finalmente el gobierno anunció un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Este acuerdo que deberá ser refrendado en el Congreso, viene a legitimar la fraudulenta deuda contraída por el macrismo, deuda que, en su mayoría, fue fugada al exterior por grandes capitalistas. Este acuerdo abre, además un conato de crisis política y un período en que el gobierno se verá obligado a negociar con el resto de las fuerzas políticas dentro y fuera del frente gobernante, para lograr su aprobación parlamentaria.


Para entender más sobre el aspecto técnico de este acuerdo y de la relación con el FMI en general, es que charlamos con Alejandro Olmos Gaona. Conocido como una de las principales autoridades sobre la deuda externa argentina, Alejandro es historiador y se especializó en el tema, continuando el trabajo de su padre, Alejandro Olmos (fallecido en el año 2000), quien llevó adelante durante 18 años un juicio contra el estado argentino sobre la legalidad de la deuda.

En 2006, nuestro entrevistado presentó un recurso de amparo ante la Justicia argentina para que el gobierno de Néstor Kirchner suspenda el pago de 9.530 millones de dólares al FMI. Aun así, y como se verá en el trascurso de la charla, sostiene una visión positiva de ese pago. Por supuesto que las opiniones políticas vertidas por el entrevistado se corresponden con su opinión personal y no necesariamente son compartidas por quienes hacemos Borrador Definitivo. Mas allá de estas divergencias, valoramos el trabajo de Olmos y le agradecemos su permanente predisposición al dialogo y a difundir las denuncias de esta fenomenal estafa.

Borrador Definitivo: ¿Podría contarnos desde su visión que significa el acuerdo anunciado por Alberto Fernández con el FMI?

Alejandro Olmos Gaona: En principio, lo que yo le puedo decir es a partir que conozco la historia de los 28 acuerdos celebrados con el Fondo desde 1957  hasta el presente y sé que el fondo siempre ha procedido de la misma manera. Indudablemente, el endeudamiento que contrajo Macri, además de no tener antecedentes en el Fondo y que de alguna manera fue un apoyo explícito de EE.UU. para sostener un gobierno que estaba en un tembladeral, ha caído sobre las espaldas del actual gobierno. Porque pensar que esa plata se podía devolver en 36 meses era realmente un disparate. Ahora el problema es que el gobierno actual dice que no había otra posibilidad y desde otros lados, espacios que yo estoy integrando, planteamos que sí había otras posibilidades. El ministro Guzmán dijo que no pagarle al Fondo, no acordar con él , era ir a un destino incierto. Entonces eligió el camino que ya conocemos y hemos sufrido, como pueblo argentino, desde hace décadas. Por otro lado, acá hay una serie de inconsecuencias que son palpables: el presidente de la republica, en octubre, dijo: el acuerdo con el Fondo está cerrado. Mentira, no estaba nada cerrado. El ministro Guzmán, hace un mes, dijo: no vamos a aceptar un déficit cero sino en el 2027, arregló en el 2025, y arregló que en el 2024  casi sea cero, porque es de 0,9.

BD: Entonces, ¿dónde estamos parados?

AOG: Uno ve que se dice una cosa y se hace otra. Con alharaca se dice que esta vez el acuerdo con el  fondo no afecta las jubilaciones, no afecta la legislación laboral, no pide privatizaciones. Primero: ¿qué privatizaciones va a pedir si las empresas públicas están casi todas privatizadas? Segundo: reforma del sistema jubilatorio no puede pedir porque por un decreto, el presidente Fernández modificó la Ley Jubilatoria del gobierno de Macri, que era mucho menos perjudicial que la actual, y a eso lo dice cualquier persona que haga un análisis de lo que hubieran sido las jubilaciones con esa ley y lo que son con la actual, a pesar de los bonos que se han entregado, que son cosas coyunturales, que llegado un momento no siguen incorporados a la jubilación. Y por otro lado, está el ajuste que se ha hecho en los sueldos, porque si usted gana 50.000 pesos y en un año la inflación es del 50%, al cabo de un año usted ha perdido la mitad de su sueldo, aunque le aumenten, indudablemente el aumento no va a ser acorde al índice inflacionario. Y encima se dice que no va a haber aumento de tarifas. Mentira: ayer se aumentó la nafta y va a haber aumento de las tarifas del gas y de la luz; no sé en qué porcentaje, porque otra cosa es que lo que yo puedo decir, y lo que dicen todos, es a través de lo que circula y de lo poco que dijo el ministro Guzmán en su conferencia. Porque hay que decir que todos los acuerdos y las negociaciones con el Fondo son secretos desde la primera hecha por la Revolución Libertadora en el 57 hasta hoy. Entonces, cuando trasciendan los puntos fundamentales seguramente nos van a sorprender y no van a tener nada que ver con las cosas que dice el gobierno hasta este momento.

BD: Pero sin embargo el gobierno avanza con el acurdo. ¿Qué significa esto?

AOG: Y bueno, como de alguna manera hay que aceptar los hechos consumados, pretenderán que se acepten. Pero una de las cosas extremadamente graves a mi juicio, es que nos vamos a volver a endeudar con el fondo. ¿Y por qué digo que nos vamos a volver a endeudar?: cuando Martin Guzmán y Miguel Ángel Pesce, Presidente BCRA,  mandaron la primera nota para abrir las negociaciones en 2020, en la parte final de la nota decía: “solicitamos asistencia crediticia”, es decir: necesitamos plata. Entonces, con este acuerdo, durante dos años y medio, vamos a pagarle al Fondo todo lo que tendríamos que haberle pagado de acuerdo al stand by de Macri. Es decir: al Fondo en ese tiempo le vamos a pagar 44 mil millones de dólares con plata que nos va a dar el propio fondo. Y después de esos dos años y medio, tenemos un plan de facilidades extendidas por 10 años para devolverle al Fondo esos 44 mil millones de dólares.

BD: ¿Quiere decir que lo que se está discutiendo ahora es un nuevo stand by?

AOG: No porque el stand by dura como máximo 36 meses. Es otro acuerdo que se llama de “facilidades extendidas”,  y es una extensión eventual de un stand by. Entonces, además de deberle al Fondo los 44 mil millones de dólares a refinanciar y a pagar en 10 años, le vamos a deber 5 mil millones de dólares más, porque el ministro anunció que el fondo nos va a dar 5 mil millones para aumentar las reservas. Es decir: aparte de patear la deuda para delante, vamos a aumentarla. Aumentamos la deuda pero quedan las reservas, o sea que de alguna manera es una deuda que puede tener una contrapartida. Pero a esto se suma que en esos dos años y medio, el Fondo va a controlar la economía del país. Porque cada 3 meses va a hacer revisiones a ver si cumplimos, si no cumplimos, si la pauta devaluatoria que se acordó se sostiene, o si la política monetaria sigue de acuerdo a lo que se ha establecido. Es decir: el Fondo, que ya está instalado desde hace años en el BCRA , va a trabajar desde ahí  y seguramente va a haber funcionarios del mismo en la Administración Federal de Ingresos Públicos, en la Unidad de Información Financiera y demás. Esto no es nuevo, ya se hizo: el Fondo se instala en el organismo de control para ver si al gobierno está cumpliendo con las pautas que ha convenido.

BD: Por lo que usted dice, esto básicamente es la renuncia, por parte del estado argentino, de la posibilidad de decidir sobre la política económica.

AOG: Además de afectar la soberanía económica del país, supone una injerencia inadmisible en las cuentas públicas. Pero el Fondo no va a acordar con el gobierno si no se acepta eso. Lo que pasa es que esto se está disfrazando con buenas palabras, con enunciados. Yo lo escuché al ministro Guzmán,  a quien siempre le he tenido respeto y últimamente no se lo tengo tanto, con muchos enunciados: “vamos a crecer, vamos a desarrollarnos”  pero no dice cómo. No hay forma de saber cómo se va a hacer y cómo se va a revertir la catástrofe en la que está inmersa la Argentina. Porque cuando se habla de que la Argentina creció el 10% y se dice que el Fondo había previsto un crecimiento del 5 y crecimos el 10, lo que no se dice es que lo que crecimos es lo que perdimos en el 2020. No es que crecimos sobre una base de crecimiento determinado, no: en el 2020 perdimos un 10%, y crecimos en 2021 y recuperamos lo que habíamos perdido. Es decir. Vamos a ver ahora qué pasa en el 2022.

Por otro lado, una de las cosas que uno puede ver es cómo se manejan los canallas de sistema financiero, que han ejercido todo tipo de presiones sobre el gobierno y que se pusieron en evidencia en las dos últimas semanas antes del acuerdo. El dólar se disparó en cifras que hasta hace poco eran inéditas, subió un día 5 pesos, otro día otro tanto; subió el riesgo país; los bonos argentinos en el exterior bajaron. Pero cuando la semana pasada se anunció el acuerdo y a las pocas horas el Fondo emitió un comunicado que ya estaban establecidas las pautas básicas para un acuerdo con el gobierno, el dólar se desplomó, se desplomó el riesgo país, y los bonos aumentaron. Indudablemente estas son las maniobras que utiliza el sistema financiero para apretar un país, para condicionarlo y para que haga lo que ellos quieren que haga.

BD: Parece que los anuncios son más fantasía que otra cosa, además de desconocer a ciencia cierta qué es lo que se negoció, sin contar los acuerdos tácitos.

AOG: Claro porque hay cuestiones no explícitas. Una de las cuestiones que tiene el Fondo es que sus archivos son inviolables e inaccesibles. Sus funcionarios, sus directores, tienen inmunidad absoluta de jurisdicción y no pueden ser demandados en ninguna parte del mundo, ni aun en la Corte Internacional de La Haya. El Fondo tiene la particularidad que tiene más inmunidad, yo diría más impunidad, que un país soberano. Porque un país soberano que tiene un litigio con otro país puede ir a la Corte de La Haya para demandarlo. En este caso es absolutamente imposible porque no existe la posibilidad de enjuiciar al Fondo. Por eso cuando he visto que se iniciaron acciones legales contra la ex directora, la señora Cristine Lagard, pensé: esto es pura especulación porque no hay forma de hacerlo. Entonces como el Fondo sabe que tiene sus impunidades, que nadie puede cuestionarlo desde el punto de vista del orden jurídico a la vista de obtener una sanción contra él, tiene plena libertad para hacer lo que se le canta. Y es tan así que en los acuerdos que firma el Fondo no hay pacto de  jurisdicción, no hay demanda judicial posible porque hay una jurisdicción inexistente. Ésta es la dramática realidad que vivimos.

BD: Esto ha abierto un debate al interior de la coalición gobernante del Frente para Todos. ¿Cuál es su visión?

 AOG: Yo en un montón de cosas no acuerdo con el kirchnerismo, pero me ha parecido muy valiosa la renuncia de Máximo Kirchner, y que diga que ha apoyado cosas que no me gustaban pero no esto porque va en contra de sus convicciones. Es decir que ha tenido el valor de enfrentarse al gobierno, de decirle hasta aquí llegué. Yo pienso que lo ha hecho porque quizás uno de los tantos mitos que circulan no son tales. Porque el mito que circula, sostenido por el “prominente” diputado  del FdT,  Daniel Santoro, que coincide con Espert, con Milei, con López Murphi, es que si no se acuerda con el Fondo va a haber una especie de terremoto, un tsunami, una catástrofe de impredecibles consecuencias. Y yo que conozco la historia del Fondo, sus documentos, les preguntaría: me pueden detallar que es lo qué va a pasar si no acordamos. Seguramente no podrían ir más allá de generalidades: que va a subir el dólar, que no vamos a recibir inversiones extranjeras, no las recibimos ahora digo yo, ni las vamos a recibir tampoco, ni las recibimos hace un año ni hace tres. O sea que esas son chicanas y frasecitas que se dicen pero que tampoco responden a la realidad. Y por otro lado, y esto no se sabe demasiado, si la Argentina decidiera no pagarle al Fondo, el Fondo no la puede ejecutar, no la puede embargar, no puede tomar acciones coercitivas. Las propias normas del Fondo determinan que cuando un país no le paga empieza un largo proceso de negociaciones, de informes, de idas y venidas. Y recién después de dos años el Fondo sí podría intimar al país a que acepte y le pague, porque entonces sí podría inhabilitarlo y apartarlo de la institución. No es que no le pagamos al fondo y se viene la tormenta. Pero claro, estos gurúes del sistema financiero y algunos periodistas pagados de algunos medios tienen la idea de plantear una situación dramática para que acordemos. Entonces esa especie de Club de la Deuda determina que hay que acordar y tengamos que seguir pagando aun una deuda monstruosa, claramente ilegitima que no fue usada en beneficio del pueblo argentino.

BD: También se dice que el Fondo no nos exige ajuste. Pero el déficit fiscal que se preveía era del 3,2 y ahora lo bajan el 2,5. Eso seguramente va a influir en las jubilaciones, en los salarios estatales y en todos los demás aspectos.

AOG: Exactamente. Y el año que viene se prevé el 1,9. Es la mitad de lo que teníamos. Y en el 2024 el 0,9. Entonces el ministro dice que vamos a crecer… ¿pero cómo?, el ministro dice que vamos a desarrollarnos… no sé cómo. Pero hay otro tema que es importante: nosotros le vamos a pagar al Fondo con la plata del Fondo. Pero el BCRA  está exhausto y además tiene que cumplir compromisos asumidos con los fondos de inversión cuando se hizo el arreglo en el 2020. No solo que tenemos que pagarle al Fondo, sino que en este momento la deuda pública es de 365 mil millones de dólares, la deuda cuasi fiscal del Banco Central equivale a 47 mil millones de dólares. Y esa deuda cuasi fiscal, emitida en pesos, es de 900 mil millones de pesos y tiene un interés del 38% que cobran los bancos que compran esas letras, algo realmente explosivo. Y el ministro no dice qué va a pasar con eso, y el presidente Fernández, cuya promesa fue que iba a acabar con esto de las Leliq (Letras de Liquidez), de la deuda cuasi fiscal, en beneficio de las jubilaciones, no solo que no acabó sino que lo profundizó, porque Macri dejó Leliq equivalentes a 17 mil millones de dólares, Fernández las aumentó en 30 mil millones más.

BD: Podemos decir que más allá de matices y políticas específicas de la tan mentada “grieta”  hay políticas de fondo que se mantienen bastante parecidas de gobierno a gobierno.

AOG: Exactamente. Y le digo más: Macri dejó una deuda pública de 333 mil millones y ahora hay 365. Y no lo dice Alejandro Olmos, en la página web del Ministerio de Economía están los datos del aumento de la deuda pública. Entonces si esto no se enfoca sistémicamente, si no se hacen otras cosas, esto va a seguir eternamente así. Y yo lamento que los aplaudidores de siempre estén en este momento batiendo palmas y diciendo que es una maravilla.

Yo lo único que diría que puede en cierto modo ser positivo para el gobierno es que este acuerdo le da cierta tranquilidad de que se van a calmar los de Juntos por el Cambio, que son los que sacaron el préstamo, y el sector financiero porque acordamos con el Fondo. Pero esa calma yo no creo que sea muy a largo plazo. Esperemos a ver qué pasa con los problemas que tienen que ver con el incremento del costo de la vida, las jubilaciones que van a seguir estancadas y que van a ser actualizadas a un ritmo realmente bajo, y con todos los problemas de cualquier persona común que mañana va al supermercado y que ve que hoy una cosa vale dos y mañana vale tres y dentro de 9 meses vale 5. Entonces no va a ser nada fácil y esto no lo va a solucionar.

BD: Parece ser que la preocupación de quienes gobiernan nada tiene que ver con las necesidades populares sino con cómo llegar para ganar las elecciones del 2023.

AOG: Exacto. Pero eso es cómo se maneja siempre la dirigencia política. Yo cuando me piden opinión sobre la dirigencia política trato de no hacerlo porque mi opinión es muy lapidaria y descalificadora. Y digo esto porque pareciera que la dirigencia política no hace política para servir al estado sino para servirse de él.

BD: Parte de ese desprestigio de la casta política se expresó en el 2001, y en cierta forma sigue expresándose.

AOG: Sí, pero se sigue cometiendo los mismo errores. Porque existió ese repudio, que se vayan todos, y se fueron todos y después volvieron. Y además eso de la deuda es una vieja historia, cuando Néstor Kirchner  firmó el stand by en septiembre de 2003, al poco tiempo se dio cuenta que las exigencias del fondo eran inadmisibles y diría que literalmente los mandó a la mierda y por eso en enero de 2005 le pagó al fondo y dijo chau fondo, nunca más fondo. Pero varios años después volvíamos al Fondo.

BD: Volviendo a las negociaciones con el Fondo, en los últimos años parece que hubo un salto en impulsar políticas extractivistas, aun en contra de la salud de los pueblos. ¿Esto forma parte también de la letra chica del acuerdo con el Fondo, así como fueron las empresas públicas en los ‘90?

AOG: Desde luego que sí. Cosas que viví. En el 2013 se le dio la cuarta reserva mundial de petróleo a Chevron y la segunda reserva de gas no convencional a Dow Chemical de los EE.UU. Yo me acuerdo que en el 2014 fui a una reunión con gerentes de YPF, con la Vicepresidenta de Relaciones Internacionales Doris Capurro y con expertos en hidrocarburos; estaba también un funcionario que había sido presidente de Yaciretá y Salto Grande. Y ahí nos explicaron que el fracking no era algo que afectara el medio ambiente y trataron de justificar eso. Pero uno de los problemas claves, y eso lo sabe no solo un ambientalista sino cualquier técnico, es que ese tipo de explotaciones generan pasivos ocultos. Quizás en el primer año o dos años no pasa nada, pero el problema viene mucho después y ya cuando el daño es irreversible. Eso lo vivió Ecuador cuando Chevron-Texaco realizó explotaciones criminales en la Amazonía Ecuatoriana, con un empetrolamiento terrible a través de todo un proceso irreversible, que no se puede solucionar. Entonces todo eso lleva su tiempo y lo que habría que ver es qué beneficios obtenemos del extractivismo y después todo lo que vamos a tener que pagar como consecuencia del extractivismo. Entonces ver realmente el debe y el haber, y yo creo que el debe va a ser mucho más grande que el haber coyuntural de la explotación de minerales y de recursos. Como le escuché alguna vez decir al médico rosarino Verzeñassi, el extractivismo no funciona si el estado no se hace cargo de todos estos daños.