Las “zonceras argentinas” son un concepto, acuñado por Arturo Jauretche hace años y describe ciertos mitos, clichés o mentiras que se reproducen mediante lo que solemos llamar el “sentido común”, que nos impiden ver la verdad de las cosas o las causas profundas que ciertas cosas tienen. Presentamos en esta ocasión cuatro zonceras, de las muchas que día a día se continúan reproduciendo sin pensar demasiado.

Te invitamos a escuchar esta Editorial de Borrador Definitivo, que fue emitida el pasado sábado 15 de julio.

  1. “EN LA ARGENTINA, NADIE QUIERE TRABAJAR”
  • Actualmente en el país, la cifra de desocupación que arroja el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) es de alrededor del 7%. Pero en primer lugar hay que inspeccionar la forma en que se miden los números de desocupación: por ejemplo si una persona manifestó que trabajó solo una cantidad mínima de horas en la semana, será considerada ocupada. Por otro lado, aquellos que han abandonado por infructífera la tarea de buscar empleo y se han resignado a vivir de changas o de la caridad, tampoco son considerados desocupados.
  • Hace unas semanas se presentó el informe “Desigualdades y retrocesos en el desarrollo humano y social 2010-2022: El deterioro del bienestar de los ciudadanos en la post pandemia por COVID-19” de la Universidad Católica Argentina. En él, uno de los factores que mencionan en sus conclusiones es la progresiva desvalorización y precarización del trabajo, al tiempo de no llegar a cubrir los gastos mínimos de una familia. Eso significa ni más ni menos, que aun con trabajo “formal”, no se sale de debajo de la línea de pobreza.
  • Pero una cosa son los análisis y las estadísticas. Otra la experiencia de vida en la miseria. Hace unos días pudimos ver un ejemplo de esto: un supermercado en la ciudad de Rosario, abrió una convocatoria para cubrir 150 puestos de trabajo y el primer día de convocatoria había seis cuadras de cola de jóvenes con su currículum, aspirando a acceder a un empleo que, si bien parece “seguro”, está en un rubro que no es de los mejores pagos del mercado laboral y a menudo condena a sus empleados a conocidos abusos y súper explotación.
  • Pero  en el ámbito rural no es mucho mejor. Mucho se habló de la dificultad de los empresarios de los cítricos para conseguir empleados que quieran trabajar en la cosecha de limones “por preferir cobrar planes sociales”. Pero poco se escuchó sobre lo que cobran estos trabajadores: el sueldo de un cosechador estaba antes de la última paritaria (que lo incrementó en un 47%, muy por debajo de la inflación) en alrededor de los 40.000 pesos. Ello sin contar que es un empleo temporal por lo que dura la cosecha.
  1. “LOS PLANES SOCIALES MANTIENEN VAGOS”
  • En Argentina hay alrededor de un millón y medio de personas beneficiarias del  Potenciar Trabajo. Pero revisemos los números: un plan “Básico” paga $43.000 con una prestación de 8 horas semanales de trabajo. Un plan “Plus”, paga $60.000, con una prestación de 12 horas semanales y el plan “Nexo” paga $88.000 con una prestación de 16 horas.
  • Esto contrasta con la canasta básica alimentaria (lo que se necesita para no ser considerado pobre) medida por el INDEC, que está en $232.220 para una familia de cuatro integrantes. Y eso sin contar de que se tenga que pagar un alquiler, lo que llevaría, en medio de la crisis habitacional actual, a la imposibilidad absoluta de una vida digna.
  • Esto demuestra la falsedad absoluta de esta “zoncera”. No solo porque quien cobra un plan social difícilmente pueda vivir solo de ello, sino porque el plan es para la inmensa mayoría de las familias un extra que viene a ayudar a los ingresos que consiguen con otros trabajos que realizan, en general en situación de informalidad.
  1. “LAS MUJERES SE EMBARAZAN PARA COBRAR LA ASIGNACIÓN UNIVERSAL POR HIJO”
  • Según los datos del ANSES, hay en la actualidad 4.369.206 niños y niñas beneficiarios de la AUH, que cobran la cifra de $13.000 cada uno. Invitamos a nuestros lectores a pensar cómo sostener un niño o adolescente con ese monto. Lo cual adelanta la falsedad de esta zoncera.
  • Pero yendo al hueso de la mentira. Si vamos a la tasa de natalidad, que en la Argentina como en el resto del mundo ha retrocedido en las últimas décadas, vemos que esta se sitúa en la población en general en 1,6 hijos/as promedio por pareja con hijos, mientras que en beneficiarios de la AUH se sitúa en 1,8. Como se ve, la diferencia no es sustancial.
  • Pero datos más contundentes: Un informe de Unicef desglosa los números de forma más precisa. En el mismo se señala que el 52% de titulares (padres, madres, tutores), o sea, 1.296.000 mil titulares de la UAH, tienen a cargo sólo un hijo. El 28%, 699.000 titulares tiene a cargo dos. El 13%, 315.000 titulares, tiene a cargo tres niños o niñas. Esto suma el 93% de las personas que cobran la AUH. Resta sólo el 7% que tiene a cargo 4 o más hijos o hijas, lo que podría considerarse una “familia numerosa”. La mentira demostrada.
  1. “ESTAMOS EN CRISIS Y NO HAY PLATA EN EL PAÍS”
  • Al igual que lo hicimos con los valores de los planes sociales y con la Asignación Universal por Hijo, hay que señalar que la jubilación mínima (que cobran el 49% de los jubilados) es de $ 70.938,24.
  • Pero además, según un informe publicado en abril de este año, el estado gastó, durante febrero y marzo (nada hace pensar que esto haya cambiado los últimos meses) más dinero en intereses de LELICS que en jubilaciones.  El actual gobierno, desdiciendo la promesa electoral del FdT, paga 700,000 millones de pesos por mes para las LELICSS (es decir intereses a los grandes bancos), contra 600.000 millones que gasta en jubilaciones.
  • Es que decir que se gastó más en unos cuantos cientos de banqueros, empresarios y especuladores que en los millones de beneficiarios de Anses de quienes venimos hablando. La crisis es para los de abajo. Mientras los poderosos se siguen enriqueciendo. Todos estos datos desmienten el discurso de que “no hay dinero” y nos empujan a preguntarnos quiénes son verdaderamente los “planeros mantenidos por el estado”.

Como conclusión, vale preguntarnos por las historias que hay detrás de todas estas carencias, de la vida cotidiana conviviendo con todas las necesidades insatisfechas. De la pelea por sobrevivir y sostener sueños en medio de los niveles de barbarie a los que nos está empujando el actual sistema de explotación capitalista.