Este texto está basado en la Editorial de nuestro programa de radio, Borrador Definitivo, del día sábado 2/10/2022.

Aclaración importante: Cuando estábamos elaborando esta editorial, la huelga docente en Santa Fe estaba en marcha. Hoy, acabamos de enterarnos que los y las docentes votaron aceptar “en disconformidad” un acuerdo que el propio sindicato califica de insuficiente. A la luz de este hecho creemos que lo dicho aquí sobre la necesidad de fortalecer y unir las luchas para que triunfen, cobra aun más importancia y urgencia.


Hay dos postales de este conflicto y su desenlace que queremos destacar. Una es la emotiva intervención de Ariel Godoy en la asamblea donde se vota aceptar el acuerdo que marca el triunfo de los trabajadores. Ariel Godoy, trabajador de FATE y miembro de la Lista Roja del Neumático, quien hace unas semanas fue entrevistado por nosotros y nos planteaba la dureza de un conflicto que parecía no tener arreglo, no tener fin.

La segunda postal es completamente opuesta a la anterior: la intervención del Súper Ministro, Sergio Massa, en una reunión con las patronales del neumático, reunión adonde el gremio del SUTNA no estuvo invitado. Esa intervención es absolutamente vergonzante, jugando todas las cartas en favor de las patronales, de manera desembozada. Por supuesto que no esperábamos otra cosa del representante de este gobierno burgués y patronal. Pero entendemos que a propios y extraños, eso les pareció demasiado, incluso dejando al gobierno casi sin posibilidad de maniobra, a la luz de cómo se dio el desenlace de todo. Eso se expresó dentro el Frente de Todos y en sus bases, entre ofuscadas y silenciosas, demostrando que la lucha de los trabajadores puede abrir grietas en las propias filas de los partidos patronales.

En la madrugada del viernes, menos de 24 horas después de que Massa les prometiera a las patronales todo el apoyo del estado para derrotar la lucha de los trabajadores, la propia burguesía del neumático entendía que no le quedaba otra que negociar. Así se abría la puerta a un acuerdo (que fuera ratificado por los obreros en una asamblea en la tarde de ese viernes), que selló un triunfo obrero que podríamos calificar de histórico, por lo menos a la luz de lo que vienen siendo los últimos años y la pérdida salarial que vienen sufriendo los trabajadores de todos los rubros. Esto fue, en esta situación, un tiro para el lado de los trabajadores y es preciso celebrarlo. Y demuestra, como decía Alejandro Bercovich en su editorial del mismo viernes, que luchar garpa, que luchar sirve.

Pero también queremos destacar aquí que esta victoria, si bien va a en cierta medida a contracorriente de una situación general que venía teniendo a la clase trabajadora y los sectores populares retrocediendo y a la defensiva no es, como se dice popularmente, un rayo en cielo sereno. Más bien es el evento central y más destacado de una primavera que parece traer el florecer de un montón de luchas que estaban larvadas.

La mayoría de esas peleas se han disparado, como es obvio, por la pérdida salarial que significa la inflación indetenible que venimos sufriendo; pero también por la progresiva precarización de las condiciones de trabajo y de existencia de los sectores populares. Hagamos un repaso rápido a riesgo de olvidarnos de alguna:

La lucha de los y las docentes en Santa Fe, que viene siendo muy dura contra el gobierno intransigente de Perotti, que acaba de ejecutar descuentos criminales por lo días de huelga, con una gran fuerza de la base docente que resuelve en cada escuela cómo continuar. O la de la docencia Multicolor en la provincia de Buenos Aires, con paros que, obviamente, no tienen el apoyo de la dirección Celeste de la burocracia de Baradel. A estos se suma la situación de muchas provincias que están atravesando, o atravesaron, conflictos educativos muy duros.

La pelea de los y las estudiantes en Ciudad de Buenos Aires, sobre la que queremos detenernos porque marca varias cuestiones que consideramos importantes. Ellos están reclamando mejoras edilicias, en las viandas y las condiciones de estudio, y sobre todo resistiendo al plan de precarización laboral que se pretende impulsar en todo el país a través de las pasantías obligatorias y gratuitas, de lo cual CABA y las escuelas Técnicas en Provincia de Buenos Aires son la punta de lanza. Y quizás sea esto último lo que motivó que, a diferencia de lo que era regla general en casos anteriores, los padres y madres estén apoyando, en un amplio número, el proceso de tomas. Hay que decir también que los y las estudiantes demostraron una conmovedora solidaridad y apoyo a los trabajadores del SUTNA, con carteles que así lo expresaban, lo que fue contestado por los obreros en igual sentido. Demostrando que la solidaridad de clase no es algo pasado de moda, ni del pasado, sino que siempre está presente y en todo caso, estos procesos de conflictos importantes la sacan a la superficie.

A esto tenemos que agregar conflictos obreros como el de la planta de Tenaris de Valentín Alsina, donde se están haciendo los caños para el gasoducto Néstor Kirchner, que es vital para el gobierno en este momento; o el conflicto defensivo de los tercerizados en Acindar Villa Constitución, en defensa de sus puestos de trabajo. Y otros de estatales, sobre todo del sector salud, un sector fundamental que aún no se pudo recuperar del golpe que le fuera asestado durante la pandemia, tanto en lo que tiene que ver con la pérdida de sus condiciones de trabajo como más concretamente en pérdidas de vidas. Entre ellos, destaquemos la pelea de residentes y concurrentes en CABA y la de los trabajadores del hospital Garrahan.

Habrá que preguntarse si con la victoria del SUTNA, estas luchas y la situación del conjunto de la clase obrera están en mejores condiciones para pelear. Sin duda que sí. No solo por lo conseguido sino por la forma en que lo hicieron, la victoria del SUTNA es un faro y pone en mejores condiciones a cualquier otro sector obrero o trabajador que salga a defender sus derechos.

Y esto tiene relevancia aun en los sectores de trabajadores desocupados, que en este momento están llevando adelante un acampe en Plaza de Mayo. Más allá de las direcciones que tiene este sector, que muchas veces ofician de contención de la bronca más que de motor de pelea, no deja de ser un sector enorme, una masa inmensa de trabajadores y trabajadoras, con la que hay que recuperar los lazos de la solidaridad de clase y no dejarlos en manos del clientelismo partidario. Y algo de esa solidaridad se vio también en este proceso.

Volviendo a las características propias de la victoria del neumático, este conflicto marca algo que se viene desarrollando hace tiempo: las luchas más consecuentes se han dado en los sectores donde los trabajadores han ejercitado alguna forma democrática de decidir, y han podido sacarse de encima a las direcciones burocráticas.

El propio SUTNA es un sindicato recuperado, donde esas direcciones fueron derrotadas después de años de luchas. Que el conflicto empezara con una asamblea y terminara con otra (además de las decenas que hubo durante la extensa lucha) es muestra de esto, y aseguró el fortalecimiento de la unidad y el acatamiento de las medidas de fuerza. Es seguro que se pueden plantear diferencias con la conducción del SUTNA, pero la observación de tal o cual medida no puede ignorar que fueron los elementos democráticos la piedra fundamental para galvanizar la lucha que llevaron los trabajadores y sus familias, apoyados por la solidaridad que fueron recogiendo en el camino.

Hay una foto que circuló mucho en estos días (fue usada para ilustrar una nota en este mismo medio) y que vale por mil palabras. Esa foto muestra a todos los trabajadores votando, a mano alzada, la continuación de la huelga, en un galpón con cientos de trabajadores.

Recordemos que mientras esta lucha se estaba dando, los capos de la CGT se reunían con el presidente Fernández, no para pedirle que hiciera todo lo posible para que las patronales del sector accedieran a los pedidos de los trabajadores, sino para reclamarle que el gobierno endureciera la posición con respecto al SUTNA. Una posición vergonzosa que no fue muy distinta de la de la CTA, central dentro de la cual está el SUTNA, que permaneció en absoluto silencio durante los cinco meses que duró el conflicto.

Otro elemento destacable de este proceso fue la solidaridad internacional; porque cuando Massa amenazó con abrir las importaciones de neumáticos (los analistas económicos dirían que era algo impracticables, por la necesidad que tiene el país de dólares), fueron los trabajadores de Bridgeston Brasil quienes dijeron: “si ustedes quieren importar cubiertas a la Argentina para derrotar la huelga, nosotros les paramos la planta en Brasil”. Esos gestos que emocionan (y son fundamentales), que en otra época fueran comunes, son otro elemento de gran importancia no solo en el conflicto, sino a futuro. Habrá que apostar al crecimiento de esta consciencia de que la clase obrera no tiene banderas, y que la une su estado de explotación capitalista.

Por supuesto que no estamos hablado de que haya cambiado la situación, ni que estemos en una situación revolucionaria. Pero son embriones que queremos ver crecer: que desde abajo se desarrollen hechos que empiecen a marcar algún quiebre en la dinámica.

Además de marcar un ramalazo de aire fresco que puede servir como expansivo, para que las luchas que se están dando tomen otra dimensión. Y que el movimiento obrero, desde las propias organizaciones de base, empiece a formar las direcciones y los organismos que necesita para dar una pelea. Porque está visto que solamente a través de la democracia de base se puede llevar un conflicto a una buena conclusión, no desde la confianza en las burocracias sindicales.

Tomemos dimensión: Los trabajadores del SUTNA no solo le ganaron a las patronales del neumático (una de las patronales que, como dice Rubinstein en la presentación de presupuesto ajustador de Massa que se hizo en estos días en el Congreso, han ganado fortunas desde, por lo menos el comienzo de la pandemia para acá). También le ganaron al gobierno nacional, a la supuesta oposición (porque no hubo ninguna grieta a la hora de pegarle a los trabajadores). También le ganaron a los medios de comunicación masiva, llámese Clarín o C5N. Toda la fuerza de la burguesía en su conjunto, sumado a las burocracias sindicales de las que ya hablamos, querían que los trabajadores del neumático fueran derrotados, y ellos les ganaron a todos. No es poca cosa. Y demostraron cómo ese grupo “pequeño e intransigente” –como lo denominó Massa- pudo quebrar toda esta ofensiva asentándose en la solidaridad de clase.

Pero para saber y tener datos de lo que se les negaba y que consiguieron con la lucha el SUTNA logró cerrar este año (a diciembre de 2022) con un aumento del 100,83%; un porcentaje mayor a la mayor paritaria firmada para este año, que era hasta entonces la de los bancarios, además de haber recuperado un 2% por sobre la inflación en el ajuste paritario del ’22, y de asegurarse, para la primera mitad del año 2023, aumentos automáticos de acuerdo al índice de precios al consumidor.

Nuestra apuesta es que esta conquista sea mirada por el resto del movimiento obrero y popular como un ejemplo a seguir, ante la pérdida de salario que se ha venido dando en casi todos los sectores. Y por eso consideramos casis seguro (en eso coinciden analistas de la burguesía) que vamos a un proceso de polarización de la lucha de clases, de convulsiones, estallidos, marchas, huelgas.

Para no pecar de triunfalismo hay que señalar que los trabajadores del neumático tienen una situación en cierta forma privilegiada dentro de la producción. Quizás esto pueda compararse con la situación de los trabajadores aceiteros, porque están sectores de la economía que son estratégicos, por tener la capacidad de frenar a otras ramas de producción. Esto además de que sus patrones son las de mayor peso e influencia del país (bancarios es otro ejemplo).  Esa era la preocupación de la burguesía y del gobierno fiel guardián de ellos: el freno a las cadenas de montaje del sector automotriz, que es un sector al cual el gobierno tiene como una niña mimada, porque ingresa dólares al país. Todos, gobierno incluido, estaban a favor de aplastar a los trabajadores del SUTNA porque par a todos ellos, este triunfo significa una amenaza.

Estas cuestiones quizás son algunas que estuvieron en el trasfondo del conflicto y expliquen el porqué de la intransigencia de tres empresas, que decidieron tensar el conflicto a más no poder, con la idea de mantener los niveles de explotación y de paso derrotar a la dirección clasista del SUTNA. Y es un ejemplo de cómo son los trabajadores de estas ramas económicas estratégicas, quienes tienen la capacidad para comandar los reclamos de todo el movimiento obrero, porque están en una situación privilegiada, porque pueden golpear a la burguesía y al gobierno en los lugares donde más les duele.

Estas dos cuestiones: la profunda crisis económica y social que vivimos y los procesos de resistencia, plantean también un desafío. Cómo hacer para coordinarlos, pero sobre todo cómo es posible unir esta lucha general con la de estos trabajadores de ramas estratégicas. Sería un gran desafío que la tan prometida unidad y solidaridad entre trabajadores pase de los en los discursos a los hechos.

Por solo poner un ejemplo, digamos que, en Santa Fe los docentes están llevando adelante una gran lucha contra la intransigencia del gobierno y sus planes de ajuste; el mismo gobierno que asegura el enriquecimiento extremo de las cerealeras ligadas al sector agroexportador. Un paso importante en este proceso fueron las asambleas que convocó el sindicato de aceiteros en cada una de las plantas de la región, adonde fueron docentes a explicar su lucha y donde se votó el apoyo a la misma. Imaginemos que, en esta dinámica, los aceiteros resolvieran un paro en apoyo a la lucha docente, y ni hablar si esa medida fuera tomada por los bancarios y otros gremios. Imaginamos que la sola amenaza de algo así haría retroceder al gobierno patronal. Lo mismo podríamos decir de la lucha por una Ley de Humedales, o de la resistencia a la megaminería o cualquier otro reclamo medioambiental. ¿Cuánto peso tendría en esa pelea el llamado a la huelga de los sectores obreros importantes de cada región?

Unir, impulsar, coordinar, rodear los conflictos para poder, como mínimo bloquear las politices de ajustes, extractivistas y anti obreras del gobierno de Fernández Fernández como en el 2017 se hizo con Macri. Es una de las tareas que están dadas.

Seguramente muchos son los aspectos de la realidad que se irán reacomodando a partir de esta victoria. Esperamos que sea en favor de los sectores trabajadores y populares en tanto y cuando se desarrolle la democracia de las bases.