ROCCA Y BRUNELLI OBLIGAN A LOS OBREROS A IR A TRABAJAR PONIENDO EN RIESGO LA SALUD PÚBLICA, desnudando los verdaderos límites de la cuarentena

Hay un dicho popular que asegura que “una imagen vale por mil palabras”. Aunque normalmente no coincidimos con esta aseveración, en este caso resulta ajustada para demostrar, una vez más, la desidia y el desinterés de los grandes empresarios por la vida de los obreros. En este caso, vemos cómo la multinacional Ternium Siderar, propiedad de la familia Roca, viola los protocolos de cuarentena impuestos por el gobierno nacional, obligando a los trabajadores a acudir a la fábrica y provocando una congestión de personas que genera condiciones óptimas para la proliferación de la gripe corona virus. La insultante excusa para no detener la producción es que la planta produce el insumo de la hojalata usado para el envasado de diferentes alimentos, productos de limpieza e insecticidas.

Tales argumentos expresados por la gerencia en un comunicado oficial, significan una hipocresía sin límites, reproducidos por los complacientes medios de comunicación locales. El comunicado titulado “Ternium sigue trabajando” refleja lo que sucede en realidad, que los obreros continúan trabajando para mantener la producción programada y cuidar los negocios y la propiedad patronal; poniendo en riego grave la salud de la comunidad.

La otra pata fundamental de semejante impunidad y desprecio por la salud de los trabajadores es la burocracia sindical de la UOM comandada por Naldo Brunelli. El canoso entregador de SOMISA y sus secuaces imponen la decisión de Roca, justificándola porque no se pueden parar los altos hornos ya que esto desencadenaría daños irreparables. Esta acción vergonzosa, que se suma a una larga lista de otras, demuestra lo que tantas veces dijimos: su condición de socio menor de la patronal, encargado de mantener pasivos a los trabajadores y de garantizar su explotación.

En este contexto cobra una importancia vital la iniciativa de los obreros de la contratista IMA, que trabaja en la reparación de grúas dentro de Ternium, y cuyos trabajadores tomaron en sus manos la imposición de la cuarentena, enfrentándose no sólo a la patronal sino también al sindicato. Estos compañeros lograron, además, cosechar la solidaridad y el apoyo de obreros de otros sectores y de otras contratistas, que no se sentían con la suficiente fuerza para seguir su ejemplo, pero que comprendían éste que era el camino a seguir.

La precarización de los obreros en Siderar es moneda corriente. La seguridad e higiene brillan por su ausencia desde siempre. Una situación sostenida por las burocracias sindicales de la UOM y demás lacayos para exprimir al asalariado, que también se ve expuesto a la precariedad de la vida en San Nicolás y la región, con los sistemas de salud vaciados y debilitados a grado extremo.

En las últimas horas nos enteramos que la ciudad sólo cuenta con 24 respiradores para afrontar un posible brote masivo del virus, además del resto de las enfermedades respiratorias habituales. Cual si esto fuera poco, el gobierno municipal se atreve a pedir donaciones a la comunidad para la instalación de un nuevo sector de aislamiento para pacientes con COVID-19.

Por supuesto que la militarización impartida por Alberto Fernández y todos los partidos políticos no llegó a las puertas de la Planta General Savio. En nuestra ciudad, en los dos primeros días de cuarentena, se han producidos al menos 25 detenciones por violarla y sus consiguiente causa judicial, pero no sabemos de ningún patrullero que haya ido a levantar a los Rocca, Brunelli, etc., por exponer de esta manera a los trabajadores de sus plantas. Esto es así porque, los gobiernos y los Estados siempre actúan poniendo en primer lugar los intereses de los grandes capitalistas. Desde esa lógica entenderemos el porqué de esta permisividad de las fuerzas represivas para con los gerentes y dueños de la empresa.

Los obreros debemos decir ¡Basta!, continuando el ejemplo de los trabajadores de la plata Ensenada que impusieron detener la producción y el pago íntegro de sus salarios, y de la contratista IMA. Lo mismo debería hacerse en toda la plata Gral. Savio dejando sólo guardias mínimas para mantener el funcionamiento de los sectores realmente vitales y estableciendo las medidas preventivas necesarias desde ahora y para el futuro, y todos los demás trabajadores a casa a resguardarse con sus familias.

Pero más allá de esta coyuntura, no debemos dejar de buscar las soluciones de fondo. Porque en manos de los gobiernos capitalistas, la barbarie avanza exponencialmente. Necesitamos que la clase obrera y el pueblo implementen su salida a la crisis, expropiando bajo control obrero a las fábricas que producen lo necesario para el sistema de salud como parte de un plan sanitario de emergencia dirigido por trabajadores de la salud y científicos, que esté al servicio del pueblo sin tener en cuenta las ganancias y la propiedad capitalista.