Dentro del Congreso, rosca política de la acostumbrada. Afuera, movilización y represión. Postales de cómo funciona la democracia burguesa.


Por Elizabeth MorettiFotos: Red de Comunicadores Solidaridad y Lucha (Buenos Aires); Juanjo Lázzari y José Vergara (San Nicolás)

A pesar de que parecía que no saldría, finalmente el gobierno de los Fernández logró la aprobación en el Congreso del acuerdo con el FMI. Se aprobó sin hacer referencia al plan económico que trae aparejado, aunque es sabido que son inseparables.

Hoy el oficialismo quizás celebre haber campeado un nuevo temporal, pero lo cierto es que bastante cara le salió la jugada. La crisis al interior del frente gobernante es cada vez más evidente, con grupos que pretenden diferenciarse “por izquierda”, creemos, con vistas a presentarse como alternativa cuando el gobierno estalle. Al mismo tiempo, la aprobación del acuerdo con los votos de Juntos por el Cambio sutura definitivamente la tan mentada “grieta”, más allá de los intentos de la base afín al gobierno de disfrazar la situación.

Mientras tanto, fuera del Congreso se daba una nutrida movilización en rechazo al acuerdo. El programa de ésta podría caracterizarse de limitado, al centrar la denuncia sólo en el FMI y no en la propia condición dependiente del capitalismo argentino, al no denunciar al poder legislativo como parte de las instituciones de dominación burguesa sobre les trabajadores, entre otras cosas.

Esta manifestación, como era de esperar, fue brutalmente reprimida y, aunque no había condiciones para repetir otro diciembre de 2017 (cuando se enfrentó de manera física la reforma jubilatoria macrista), sí se vieron conatos de resistencia con piedras y defensas improvisadas que dieron pelea a la represión policial, aunque sin poner en riesgo ni por un instante la sesión en el recinto.

La misma movilización se replicó en muchas ciudades de todo el país. Desde Borrador Definitivo participamos en la que se dio en la ciudad de San Nicolás, intentando transmitir la necesidad de no confiar en el parlamento sino en una organización con independencia de clase para enfrentar, además del ajuste de la mano del FMI, la propia opresión de la clase dominante por sobre las y los trabajadores.