El pasado sábado, Alberto Fernández fue ampliamente repudiado por vecinos y vecinas de Chubut. El presidente que pretende impulsar, junto con el gobierno provincial, la megaminería en la cordillera chubutense, no perdió la ocasión para difamar y criminalizar a quienes se oponen a las mineras, tanto como a aquellos y aquellas que perdieron todo en los incendios que arrasaron la Patagonia la semana pasada.

Además de infiltrados policiales (ya identificados) que se encargaron de disfrazarse de manifestantes para apedrear la camioneta presidencial, deben contarse las patotas de la UOCRA y de punteros políticos locales, que apalearon a los pobladores que intentaban manifestar su repudio.

Gustavo Castro, director de Hábitat y Tierra de Lago Puelo y fotógrafo, se encontraba cubriendo la manifestación cuando fue golpeado por una de esas patotas sindicales. Compartimos su testimonio.