Un nuevo capítulo en el largo conflicto de la empresa del Grupo Vicentín, que empezó en 2020. La patronal, el estado, la burocracia sindical… todos contra los trabajadores.


El 12 de julio de 2020 estalló en la Algodonera Avellaneda -propiedad del grupo Vicentín- una huelga que habría de mantenerse por más de 90 días. Al mismo tiempo, el pulpo sojero también mantenía una disputa con el gobierno nacional por una deuda monumental de la empresa al Banco Central. Después de incluso amenazar con la expropiación, el conflicto terminaría con un recule monumental del gobierno de los Fernández.

Las demandas de los trabajadores por aquellos días, consistían en una recomposición salarial y el rechazo a los malos tratos recibidos de parte de los gerentes de la patronal. La lucha pudo mantenerse durante tantos días por dos factores: la primera fue la enorme solidaridad recibida de parte de trabajadores y trabajadoras de otras empresas. Y en segundo lugar, y fundamental, por el surgimiento de una camada de activistas sindicales que barrió con la vieja Comisión Interna ligada a la Asociación Obrera Textil (AOT), que respondía a la patronal. Este proceso de lucha supo recuperar métodos tradicionales de la clase obrera como las asambleas permanentes y los delegados con mandatos de base, entre otros.

A partir del levantamiento de la huelga, la camada de activistas que surgieron en la lucha comenzó a ser perseguidos, tanto por la patronal como por la burocracia sindical, aun con influencia en la fábrica. Este 22 de febrero se inscribió u nuevo capítulo de esa persecución. A continuación, reproducimos el comunicado de los trabajadores:

COMUNICADO DE TRABAJADORES DE ALGODONERA AVELLANEDA

En el día de la fecha, martes 22 de febrero de 2022, nos vemos obligados a denunciar un accionar de violación de uno de nuestros derechos laborales, mediante  una maniobra política en conjunto, entre la empresa Algodonera Avellaneda y los sindicatos de SETIA y AOT.

AOT suspendió a los delegados quincenales, que con aciertos y errores estuvieron al frente de la huelga, reemplazándolos por “hijos” mimados del sindicato que nunca han luchado por el interés del conjunto de los trabajadores. Luego los expulsaron directamente por no responder a lo que ellos querían para cuidar los intereses patronales, y realizaron rápidamente unas elecciones con una sola lista armada por ellos. Renglón aparte, no se sabemos si alguno participo.

Por su parte, SETIA (de mensuales), decide arbitrariamente no convocar a elecciones e intenta meter un “interventor” amante de la traición sindical, amante de la burocracia sindical.

Es otra de las tantas maniobras con las cuales, evitan resolver los reclamos justos que venimos manifestando desde hace varios años, y por sobre todas las cosas intentan pisotear todos los derechos que tenemos como trabajadores.

Este es un ataque no solo a los obreros de Algodonera Avellaneda, sino que es un ataque a toda la clase trabajadora, por lo cual llamamos a la solidaridad de nuestra clase, a estar en alerta y asamblea permanente para mantenernos informados y unidos.

Sabemos que la intención de la patronal es aumentar la explotación para sostener sus ganancias, con la complicidad de los sindicatos, intención que no vamos a permitir. La vamos a enfrentar con solidaridad de clase, organización y lucha de las bases obreras.

En medio de la última huelga, la empresa prometió sentarse a conversar para resolver los problemas, nuestros reclamos, y por lo tanto nuestra grave situación que hoy se agrava.

Lejos de las promesas, lo único que hicieron fue mentir, dilatar y buscar todas las maneras para dividirnos y romper nuestra unidad, no tuvieron ningún otro tipo de intención, solo esperaron que con el tiempo, los medios y la sociedad, que seguían nuestra lucha, se olvidaran de lo que paso, y que ni se pregunten lo que hoy pasa. NADA CAMBIO.

La verdadera causa que motiva este accionar ilegal, es la activa participación sindical en nuestro rol como delegados. En consecuencia estos actos discriminatorios que vulneran la protección al ejercicio del derecho fundamental de libertad sindical, garantizado por la constitución nacional, los convenios 87 y 98 de la O.I.T (Organización internacional del trabajo), y la ley de asociación sindical 23.551.

Ante este ataque a nuestros derechos políticos de clase nos declaramos en asamblea permanente y bajo la dirección de la misma decidiremos los pasos a seguir.