Por Alejandro Morales

El drama de los inmigrantes emerge nuevamente ante el trato inhumano de los Estados imperialistas. Esta vez, son los migrantes haitianos quienes sufren la barbarie de un sistema que los desecha cuando no les necesita.

Las imágenes de la guardia fronteriza de Texas (EEUU) apaleando a haitianos que intentaban cruzar a territorio estadounidense sorteando el Río Bravo colocó de manifiesto nuevamente el drama de los inmigrantes en el mundo. Tanto en las aguas del mar Mediterráneo, como en la frontera México-EEUU,  la problemática migratoria emerge con crudeza año tras año, dejando miles de muertos en un corto plazo.

En esta ocasión tocó ver el sufrimiento de personas (no olvidar el concepto) de origen haitiano y el trato inhumano que normalmente despliegan los Estados imperialistas a los migrantes. Según las cifras oficiales, desde el 19 de septiembre pasado salieron unos 50 aviones hacia Puerto Príncipe (capital de Haití)  trasladando a más de 5 mil personas deportadas por las autoridades. Previamente, otras imágenes habían impresionado cuando mostraban a una muchedumbre, de haitianos en su mayoría, hacinados bajo un puente de Texas.

El argumento esgrimido por el gobierno de Biden para las expulsiones es uno legal sanitario tomado del arsenal legislativo de su antecesor Donald Trump, el título 42 que permite rechazar el ingreso al territorio usando de excusa la pandemia de Covid 19.  Insólito.  Lo burdo de la justificación fue tan evidente, como el trato inhumano hacia los migrantes, que el encargado gubernamental apostado en Haití presentó su renuncia, y unos días después, en un acto de pura demagogia, la administración Demócrata salió a pedir “disculpas”.

Las lágrimas de cocodrilo no pueden evitar ocultar que la política migratoria de Biden es una continuidad de la aplicada por el republicano Trump. Ambos, son implementadores de una política de Estado que denigra y violenta a todo aquel que intente llegar a sus tierras, en busca de una oportunidad de trabajo o de salir de los “infiernos” en sus propios países de origen.

En tiempos de crisis, de achicamiento de las economías, los inmigrantes, quienes constituyen al sector más explotado de la clase obrera internacional, son tratados como paria, son los primeros en ser expulsados del sistema y perseguidos por las instituciones estatales, pero cuando las burguesías necesitan de mano de obra barata las fronteras se abren de par en par para la más vil explotación.

La crisis migratoria actual se debe a la calamitosa situación que padece Haití a causa de la inestabilidad política con un magnicidio incluido del presidente Jovenal Moise; a la debacle económica que deriva en miseria social y sumemos el impacto del reciente terremoto. Por lo tanto, desesperados los ciudadanos buscan escapar de la terrible realidad, la cual se generó, en gran medida, por responsabilidad cualitativa de EEUU y sus políticas para defender los intereses de sus multinacionales que operan en el país y en la región; políticas intervencionistas que los poderes nacionales aceptan como socios menores de la explotación.

No solo el objetivo es llegar a EEUU sino que otros países latinos aparecen de destino, como Chile y Brasil. Al desencadenarse la caída de empleos en esos lugares, desde allí parten hacia el norte, sumándose al resto de los errantes.

La historia también tiene para aportar sobre la importancia inmigrante en EEUU. Hoy son tratados como basura desechable por la situación de crisis actual, pero el gigante del norte logró desarrollar buena porción de su economía a través del trabajo foráneo; fue con los brazos de los esclavos arrastrados desde África como los plantadores del sur pudieron acumular fortunas, para producir el tabaco demandado por el mercado mundial o para abastecer el algodón para las maquinarias que forjaron la revolución industrial.

En la lucha de independencia, incluso, participaron haitianos combatiendo contra las tropas británicas. Según Amy Goodman, en ese conflicto Francia envió unos 500 a 900 soldados de color reclutados en Haití, los Chasseurs-Volontaires de Saint-Domingue, como se los llamaba, quienes eran principalmente libertos haitianos de ascendencia africana.  Estos actos llevaron a que en 2007, fuera inaugurado en la ciudad de Savannah un monumento en honor a estos soldados haitianos.

Durante el S. XIX, gracias al trabajo de los trabajadores llegados desde Europa, los capitalistas norteamericanos pudieron impulsaron y expandieron su propio poder industrial que permitió al país transformarse en Potencia de primer orden en el concierto mundial. Asi, podríamos mencionar múltiples ejemplos de que EEUU es lo que es gracias al trabajo foráneo, al cual en el presente trata con desprecio. Es la lógica de los explotadores.