Brian Albornoz, de 27 años, trabajaba como coordinador de mantenimiento en el sector del Tren Laminador 2, en la planta de Acindar en Villa Constitución. El miércoles 26 de mayo fue a trabajar por la mañana, como cualquier otro día y, en una situación que aún no fue debidamente aclarada, cayó en un foso de seis metros de profundidad. Después de pelear por su vida durante semanas, finalmente murió el viernes 11 de junio. La productividad sale cara, y se paga en vidas obreras.


Entrevista: Borrador Definitivo RADIO. Edición: Elizabeth Moretti

El viernes por la tarde nos enterábamos de la noticia menos querida: Brian Albornoz, el trabajador de Acindar que se había accidentado hacía semanas, finalmente moría producto del fuerte golpe sufrido ese día, cuando caía a una fosa de alrededor de seis metros de profundidad.

En su momento, recordábamos que este “accidente” no significaba una novedad para la acería ubicada en Villa Constitución, que cuenta un largo prontuario de vidas obreras, segadas al ritmo de la productividad (podés leer la nota aquí).

Semanas después del hecho, no hay una investigación que aclare qué fue lo que realmente falló para que Brian terminara en aquel foso aquella mañana oscura. Pero el contexto en el que, día a día, son obligados a trabajar los obreros en la acería, dice y mucho, de las causas profundas de éste y tantos otros “accidentes”. Por esos días charlábamos con Alejandro, obrero y delegado de Acindar, que nos aclaraba un poco de este contexto:

“Tengamos en cuenta que el accidente fue el miércoles a las 7 de la  mañana, en un sector que estuvo parado todo el fin de semana largo (lunes 24 y martes 25 de mayo, feriados), hoy están apurados para producir. Porque además, a este sector del Tren 2, el año pasado, de forma totalmente especulativa, la empresa lo mantuvo parado durante tres meses y a los compañeros suspendidos. Y ahora retomó la producción a mediados de noviembre pasado, y están apurados para producir y recuperar todo eso que no hicieron. Las suspensiones del año pasado fueron acordadas y por un menor sueldo, que impactó en el bolsillo de los compañeros.

También es importante saber que es un compañero que tiene sólo tres meses en el puesto y un año y medio de antigüedad. Son compañeros que la empresa toma y rápidamente les empiezan a ejercer una presión para que las tareas salgan, para que la producción salga. Y entendemos que esos son los parámetros que hay que tener en cuenta en cuanto a este accidente. Más allá de lo que seguramente la empresa va a salir a decir, que la vaya estaba puesta, que el compañero no miró. También los compañeros están diciendo que ese sector es muy oscuro, porque faltan unas luces. Entonces probablemente eso haya influido para que él no vea que faltaba esa tapa. Hay un montón de factores que son los que no están a la vista pero que sí influyen en la tarea de los trabajadores. La presión que te ejerce la empresa para producir”.

Acelor Mittal, dueña de Acindar, es considerada la mayor empresa productora de acero a nivel mundial, con presencia en 60 países, y monopoliza alrededor del 10% de la producción de acero del mundo. No es extraño pensar que, para esta patronal, la vida y la seguridad de sus empleados sólo signifiquen un número en la columna de pérdidas del balance anual. Nosotros sabemos, sin embargo, que son los alrededor de 200 mil empleados que la empresa tiene a nivel internacional (más los cientos de miles de subcontratistas, empleados indirectos y otras formas de precarización de la contratación) quienes verdaderamente producen las ganancias que después van a dividirse los accionistas. Pero como los trabajadores sólo representan un gasto, es menester para la patronal achicar cuanto se pueda este ítem, ya sea aumentando la precarización, recortando derechos laborales, desfinanciando la seguridad de la planta, reduciendo el plantel y, sobre todo, pagando a sus empleados un salario que está por debajo del valor de la supervivencia. Todo esto, por supuesto, con el beneplácito de direcciones sindicales que lejos están de pelear en defensa de los intereses de quienes son, en teoría, sus representados. Todos esos métodos son usados en Acindar y así lo contaba Alejandro:

“Hoy la empresa está recuperando totalmente los niveles de producción y en algunos sectores superando la producción del año pasado, previo al Covid. Fue sólo un mes que estuvo parada la planta, allá por abril de 2020, y después empezó a recuperar inmediatamente. Alcanzándose en octubre un récord de productividad en la acería. La productividad es justamente la cantidad de toneladas sobre hora hombre entonces, al bajar la cantidad de compañeros porque estaban aislados o porque son factores de riesgo, y como se incorporaron menos cantidad de contratados para cubrir estas faltantes; y al mantenerse los altos ritmos de producción, entonces en octubre se dio este récord de productividad. Con la necesidad que tiene la empresa de producir, hay sectores que perdieron los cuatro turnos, el Tren 2 (donde se accidentó Brian) está con régimen de tres turnos, trabajado en dos, porque eso hace que los compañeros arranquen la producción cuatro horas antes. Un montón de presiones que hacen que la empresa aumente los ritmos de producción evidenciando su necesidad de producir.

Suponemos que de ese récord, poco debe haber llegado al bolsillo de los trabajadores.

Por supuesto. Partimos de la base de que el año pasado no tuvimos paritarias. A fin de año, por los últimos 5 meses, la UOM acuerda un bono de 6 mil pesos. Y acá en Acindar se hizo una serie de medidas y se consiguieron 5 mil pesos más de Acindar. Pero todos esos son montos fijos, que no sumaron al recibo de sueldo, y que se eliminaron este año. Entonces, al momento actual, con la paritaria 2021 que se cobró en marzo, quedamos entre 12 y 15% por debajo de la inflación del año pasado. De hecho cobramos un bono, que se cobra en el mes de mayo, y lo cobramos en base al sueldo del año pasado, y no tuvieron en cuenta todos esos bonos. Estamos hablando de sueldos de 60 mil pesos cuando la canasta familiar estaba ya en 85”.

Un conocido grafiti nacido durante las jornadas del mayo francés, declamaba: “El patrón te necesita. Tu no necesitas al patrón”. Tantos años después de aquellas gestas, muchos y muchas siguen creyendo que los empresarios generan empleo, en vez de comprender lo obvio: que los trabajadores y trabajadoras son quienes producen la riqueza que pone al mundo a andar cada día.