"Yo canto por los caminos y cuando estoy en prisión 
oigo las voces del pueblo que canta mejor que yo" 
Preguntitas sobre Dios - Atahualpa Yupanqui 

Nelson Ávalos es periodista, comunicador social, trovador patagónico de El Hoyo, provincia de Chubut, hermoso pueblo sobre la ruta 40. Además es miembro, desde hace unos 4 años, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) Regional Noroeste del Chubut,  pero desde hace muchos años es militante en distintas causas.


Borrador Definitivo: A pesar del cerco mediático, pudimos ver la reacción del pueblo chubutense frente a la votación de la zonificación que abría la perspectiva de la mega minería en Chubut. ¿Cómo se vivió en El Hoyo, en la zona de la Comarca, El  Bolsón – Lago Puelo?

Nelson Ávalos: La reacción del pueblo de Chubut se vino alimentando y formando desde hace 20 años. No es una reacción tipo explosión solamente por la aprobación de la Ley de Zonificación Minera. Es un proceso que comenzó hace ese tiempo y que por lo visto, ha generado una conciencia ambiental muy arraigada, muy profunda en el pueblo de Chubut. Eso que sucede en los pueblos y algo que los gobernantes no acostumbran a ver. Acá hay que recordar que esto empezó alrededor del año 1987/88 en la provincia de Chubut, cuando se intentó instalar un basurero nuclear.

BD: ¿Eso fue inclusive previo al plebiscito de Esquel?

NA: Exactamente. Y el plebiscito de Esquel fue producto de la lucha contra el basurero nuclear. Porque dentro de las luchas populares siempre aparecen emergentes, personas, pero en la lucha contra el basurero nuclear o “repositorio nuclear” como le decían, estuvo por ejemplo Javier Rodríguez Pardo, un militante socio ambiental. De esos maestros, que dejan huella y que fue el que inicio el movimiento, de alguna manera, de las asambleas. Al final de su vida, que fue hace 5 años, Javier estaba por Catamarca, por lo Valles Calchaquíes, ayudando a organizar asambleas socio ambientales para luchar contra la mega minería. Por eso digo que el plebiscito de Esquel ya fue producto de una conciencia socio ambiental que iba creciendo y que, en 18 años, toda esa generación que creció en Esquel y en toda la provincia fue aprendiendo sobre los efectos del extractivismo, y de la mega minería en particular. Y son las que salieron y siguen saliendo a la calle. Ese proceso de educación popular, donde las asambleas socio ambientales tienen mucho que ver, los vecinos informan a vecinos, con folletos, con papelitos, con volantes. Fueron creando una generación muy convencida de que la mega minería, el extractivismo, no son desarrollo ni progreso, que no dejan nada y significan hipotecar el futuro de las próximas generaciones. Entonces la reacción que hoy tuvo el pueblo de Chubut tiene esa conciencia.

Las Asambleas se fueron multiplicando en toda la provincia. La de Esquel fue una asamblea histórica pero después  surgieron otras en todas las poblaciones que te imagines. Se da que hay un grupito de vecinos y vecinas que se juntan en una asamblea y empiezan a generar la información y a informar al resto, y todo eso es lo que creo yo que el poder político y empresario no vio o no se dio cuenta, o creyó que podía imponer la ley. Y está visto que no pudo y por suerte ahora Chubut es ejemplo nuevamente, porque así como Esquel era ejemplo en su momento, ahora la provincia es nuevamente ejemplo en la lucha contra el proyecto del gobierno nacional que incluye el extractivismo como una de sus opciones

BD: Aunque al gobierno le gusta agregarle la palabra “sustentable”, cuando sabemos que en realidad no hay megaminería que lo sea.

NA: El extractivismo en general no es sustentable porque se trata de “extraer”. Por eso te digo que a partir de toda la educación popular que nos hace cuestionar y analizar los términos: no se “produce” petróleo, ni se “produce” oro. Eso está en la tierra, abajo y se extrae. Entonces hay una gran diferencia entre “vamos a producir gas o petróleo u oro, plata, lo que sea” y el extractivismo que lo que se plantea es eso: extraer; y no es sustentable justamente porque esos recursos se terminan, son limitados.

BD: ¿Te parece que sorprendió, a propios y extraños, la potencia de la movilización?

NA: Claro. Hubo un primer momento de zozobra porque esa sesión de la Legislatura del miércoles 15 era una sesión especial, la anteúltima sesión del año, y todos estábamos alerta porque sabíamos desde hacía meses que iban a aprovechar cualquier oportunidad en la que tuvieran los 14 votos que necesitaban para meter el proyecto. Y es lo que hicieron ese día, inventaron una sesión ordinaria que no estaba en el cronograma y aprobaron, así sin más, la ley.

Y hubo un primer momento de reacción de las asambleas, de movilización. Esa misma noche hubo represión en Rawson donde había gente manifestándose, hubo persecución de gente por los barrios. Eso también creo yo que generó el enojo y la intervención de otra gente, que no era parte de las asambleas. Toda esa represión y detenciones que hubo el miércoles y el jueves también. Fue ahí cuando prendieron fuego la Casa de Gobierno, el Ministerio Público Fiscal, el Superior Tribunal de Justicia, o sea todos los edificios simbólicos del poder.  Más allá de la lectura que hacen de lo delincuencial, hay otra cosa que no ven o no quieren ver, que ahí hubo un mensaje: acá estamos quemando todo porque la gente en realidad, además del rechazo a la megaminería, sacó afuera broncas que viene acumulando desde hace 3 años ya con este gobierno y que son el ajuste brutal, el vaciamiento de los servicios públicos, de la educación, de la salud, de todo.

Para darte un ejemplo: acá en El Hoyo cortaron la luz porque iba a haber viento y, para que no haya incendios, en vez de podar los árboles cortan la luz. Bueno, eso tiene que ver con el vaciamiento total de los servicios públicos. Los servicios públicos acá en la Comarca no tienen ni vehículos, ni motosierra, y eso no es por la crisis económica. Para nosotros hay una crisis de diseño, crisis generada para torcer la voluntad popular e imponer proyectos como la megaminería, para que la gente los termine aceptando porque no queda otra. Pero a pesar de todo eso, no lo lograron. Por eso te digo, también sorprendió que mucha más gente salió luego de la represión. Pero también a expresar la bronca acumulada por todas estas cosas. Mucha gente de los barrios más pobres de las ciudades, mucha juventud, porque la costa de Chubut: Trelew, Madryn… tiene el índice de desocupación más alto del país. Entonces mucha juventud salió a descargar su bronca y bueno, se fue juntando y combinando todo hasta que ahora podemos hablar de un estallido o rebelión popular que generaron con este proyecto de ley.

BD: La movilización fue el 19 de diciembre, 20 años después del 2001 y replicó bastante esa rebelión popular. Frente a cosas que no se pueden soportar, frente a la represión del estado, frente a la mentira de la clase política que dice una cosa y hace otra, volvió a aparecer el “que se vayan todos”. ¿Qué reflexión te merece?

NA: El mismo miércoles, apenas aprobada la ley, empezó la protesta y empezaron los enfrentamientos y la represión. También apareció la versión de que el gobernador quería declarar el estado de sitio en Rawson. Las imágenes a muchos les recordaron los hechos del 2001. Por eso decía que este mensaje de Chubut lo tiene que leer el gobierno nacional, el poder político y el poder empresarial, porque está visto que a 20 años las reacciones populares pueden llegar a sorprender como paso acá.  Como pasó en Mendoza en el 2019, que no fue tan violenta, donde también aprobaron una ley a espaldas del pueblo con arreglos entre los partidos tradicionales o del régimen, y a los 15 días tuvieron que derogarla. Acá en Chubut fueron 8 días y una reacción mucho más fuerte. Así que deberían leer estos hechos, la gente ya está muy consciente y muy convencida de que las “falsas soluciones”, como le dicen algunos movimientos sociales, el extractivismo, servirá para recaudar fondos para algún pago de la deuda externa pero no van a traer desarrollo ni progreso ni bienestar que prometen.

BD: Cuando nombrás a Mendoza pienso que también ahí se expresó una acumulación de 20/30 años de educación y de trabajo por el agua.

NA: Lo de diciembre de 2019 en Mendoza se transformó en un ejemplo para Chubut. Y ahora lo de Chubut se vuelve a transformar en un ejemplo para Mendoza y para otras provincias que están en una situación similar. Hay una acumulación de experiencias que se van transformando en ejemplos de otras y para mí está muy bueno, porque ya no es solo la megaminería o el proyecto de la zonificación en Chubut, sino que se está planteando otro paradigma de desarrollo o de producción, otros modos de producción de riquezas y de distribución.

BD: ¿Te parece que en este momento se está viendo, de parte del estado nacional, una ofensiva extractivista como no se había visto hasta ahora?

NA: Exactamente eso es lo que se está dando. El otro día leí una nota de un empresario de Mendoza, que fue Secretario de Minería de la provincia y ahora es titular de una de las mineras, de Potasio Rio Colorado, argumentando que nadie dijo nada de los 80 años de extracción petrolera en Mendoza, muy cerca de los viñedos. Y acá siempre nos dicen que la industria petrolera también es minería y nos interpelan diciendo por qué no se dijo nada. Y es que, primero no había la conciencia que existe ahora, pero además veamos el resultado: en  Chubut, a 100 años de explotación petrolera, tenemos una de las provincias más endeudadas del país en dólares, quebrada por todos lados. Entonces díganme, ¿dónde están el desarrollo y el progreso, el bienestar y la opulencia que debería tener la provincia con todo el petróleo que se ha sacado de acá? Y en Mendoza pasa algo similar. Y ni hablar de las otras provincias mineras como Catamarca o San Juan.

BD: En general en todas esas provincias, a pesar de los proyectos, ha aumentado la pobreza, la marginalidad, vos mencionaste el caso de Trelew, donde se encuentran los índices más altos de desocupación. Además, en una provincia con muy pocos habitantes y con una renta petrolera muy grande. Siempre está la pregunta de quién se lleva las ganancias.

NA: No sé si llega a los 600.000 habitantes. Una renta petrolera que, por esas cuestiones financieras, se transformó en deuda externa. Los acreedores externos cobran automáticamente las regalías, como un débito automático. Eso es lo que nos han explicado. Todo lo que sale de la provincia, la mayor parte se va a esa deuda, y por eso digo: es una provincia minera nos dicen, porque ya tenemos el petróleo, pero bueno, así nos va.

BD: Igual es indudable que también el proceso de movilización ha movido toda la estantería.

NA: Sí. Ahora estamos a fin de año, todo se calma porque no hay nada funcionando. Estamos en ese momento, pero el cimbronazo político que dejó la movilización que obligó derogar una ley que la misma legislatura había aprobado una semana atrás, creo que políticamente deja una huella. Primero un quiebre político muy grande en los propios partidos. Las internas de los partidos que están en la Legislatura: Cambiemos, PJ, el partido del gobierno, están totalmente fragmentados por esta votación y por esto que pasó. Pero también deja en el pueblo una sensación de victoria y mucho aprendizaje y de mucha articulación entre distintas organizaciones que se va dando.

BD: Esto que marcás es importante: se ha planteado que esta movilización ha hecho entrar en crisis a cierto régimen político, inclusive la propia reubicación de los intendentes tiene que ver con eso.

NA: Sí. Muy pocos intendentes se pronunciaron al lado del pueblo. Siempre estaban con la duda. Ahora salieron con lo del plebiscito. Acá en El Hoyo tenemos intendente del Frente de Todos que en seguida tomaron esto que dijo Arcioni de que derogaba la ley, pero planteaba el plebiscito. Y desde el gobierno nacional también. Salieron con que ahora se va a consultar a la población. Nuestra respuesta es ¿“el plebiscito no lo vieron?”: ¡Estuvo 8 días movilizada la población!

BD: ¿Tenés más o menos una idea de cuánta gente se movilizó en Chubut en esos 8 días?

NA: Es muy difícil saberlo. Las marchas en Rawson fueron realmente muy grandes, nosotros decimos que acá 5.000 personas, para esta provincia de 600.000 habitantes, son marchas muy grandes. Acá en la Comarca Andina tuvimos marchas y cortes de ruta durante 3 o 4 días, desde el sábado hasta el martes que se derogó la ley. Un corte total de ruta para camiones de gran porte, con gente que se sumó al corte, jóvenes de 20 años que se sumaron a poner el cuerpo, pero muy convencidos e informados de por qué lo estaban haciendo. Y eso se replica en toda la provincia. Por eso estamos con mucha esperanza, porque cuando sucede eso, no hay con qué darle ¿Cómo hacés para convencer a esas generaciones nuevas, que toda su vida la pasaron viendo a sus padres o a sus vecinos marchando y escucharon y aprendieron desde niños cuál es el peligro de la megaminería y del extractivismo en general? ¿Qué puede llegar a hacer el poder para cambiar eso?

BD: ¿Cómo se sintió la marcha atrás del gobierno?

NA: Para nosotros fue un triunfo. Los primeros días tuvimos momento de zozobra porque veíamos la represión, pero fue creciendo la movilización, se fueron sumando sectores: se sumó el sector de la pesca, los tres gremios de la pesca, que son muy importantes en la provincia, en la costa: Puerto Madryn, Rawson, Comodoro, y pararon por tiempo indefinido en apoyo a la lucha hasta que se derogara la ley. Le pararon los barcos, los puertos y la estiba. Estos tres gremios suman 10.000 personas más o menos. Y muchas familias que están vinculadas a ese sector. El rio Chubut, que pasa por la meseta, desemboca en Rawson justamente donde está el puerto y ellos planteaban que si contaminan todo y el rio viene desde allá, va a contaminar el mar.

Cuando pasó eso y cortaron la ruta, ahí vimos que no era solo del movimiento socio ambiental, sino que iba creciendo en otros sectores. También la CTA llamó a paro ambiental por 48 hs., después dijo por 72 hs. y así hasta que se derogue la ley. Y todos los lemas eran así: “hasta que se derogue la ley”. Después empezaron a salir pronunciamientos de todos los sectores, desde los Obispos de Chubut, que sacaron un documento donde decía “para restablecer la paz social, tiene que derogar la ley”, otro de las iglesias evangélicas diciendo lo mismo. Cuando uno ve eso, pensamos que el gobierno iba a tener que dar marcha atrás. Eso ha sucedido antes: en su momento en Esquel hubo pronunciamiento de sectores de lo más diversos. Desde las iglesias hasta las asociaciones de pescadores con mosca. Fue una sumatoria de NO que expresa que no es la salida. Esperamos que esto lo vean, lo entiendan y sean creativos, porque están en los gobiernos para justamente gestionar, crear, y estas soluciones rápidas y fáciles ya está demostrado que no son la salida.

BD: Nelson, ¿por qué plebiscito no?

NA: ¿Qué pasaría si algún día a un gobierno se le ocurre hacer un plebiscito sobre el derecho al aborto, o sobre el derecho a expresarnos? Nosotros insistimos que los derechos no son reversibles. No se puede ir marcha atrás. La jurisprudencia y tratados internacionales hablan de que los derechos no son reversibles sino progresivos y una vez que se conquista un derecho, no se puede volver atrás, no se DEBE volver atrás. Y la provincia tiene conquistado un derecho que es el derecho a un ambiente sano y la prohibición de la megaminería, de la minería a cielo abierto con uso de cianuro, que fue una ley, la 5001 en vigencia, que aprobaron después de la lucha en Esquel, y eso es la conquista de un derecho del pueblo de Chubut. La zonificación ya era un retroceso, pero un plebiscito es cuestionar un derecho conquistado. Entonces nuestra respuesta es “los derechos no se plebiscitan”. Todos los derechos han sido ganados por las luchas populares. Ningún derecho fue regalo de ningún gobierno, de ningún poder, entonces la respuesta es esa. Por ejemplo: la ley del derecho al aborto se consiguió por un gran movimiento social y popular y ya se estableció. No se puede dar marcha atrás con eso. Acá en Chubut no se puede dar marcha atrás con lo que conquistamos en 2003. Entonces plebiscito NO.

BD: Y además significa una gran maniobra porque ahí van a estar todo el poder económico de las mineras y los gobiernos a comprar medios, a cualquier cosa…

NA: Sí. Y todo el aparato partidario político del Gobierno Nacional. Arcioni presentó su proyecto en conferencia virtual en noviembre del 2020 y estaba secundado por Matías Kulfas (Ministro de Desarrollo Productivo) y por Alberto Hensel (ex Secretario de Minería). Mucha gente que apoya al gobierno nacional le cuesta o no lo quieren ver, pero el proyecto de zonificación de la provincia de Chubut fue impulsado por Alberto Fernández. Después se fueron despegando del gobierno provincial, pero el extractivismo, la megaminería, son política de estado. El Frente de Todos está ahí dividido en sus votos, pero no se puede ocultar la injerencia del gobierno y ahora lo del plebiscito es darle un marco democrático y de consulta. Pero si hoy hicieran el plebiscito, lo pierden.

Hay legislación al respecto. Hace poco tiempo la Argentina suscribió a un acuerdo en Escazú, Costa Rica, que habla de la información pública sobre temas ambientales, el derecho a la información pública, la participación de la ciudadanía, y ese acuerdo habla de que los derechos ambientales NO son reversibles. Y Argentina suscribió ese acuerdo. Así como suscribió, como tantos estados, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y ahí también dice que los derechos NO son reversibles. Entonces un plebiscito en este tema es ILEGAL.