En uno de los últimos programas del año de Borrador Definitivo, nos damos el lujo de charlar con una persona que está en el podio de las personas indispensables de la lucha por los DD.HH. en Argentina y el mundo. Después de la 40º marcha de la resistencia, entrevistamos a […]

El domingo a la noche, un temeroso Alberto Fernández no se atrevía siquiera a nombrarlo, cualquier peregrina esperanza alentada por los esforzados pogres de que el gobierno se le parara de mano a la multinacional se diluyó rápidamente. El capo de Techint no sólo no se sintió amenazado, sino que redobló la apuesta y consideró que la cuarentena había terminado, estableciendo que, a partir de este viernes, se volviera a trabajar normalmente en la planta de SIDERAR. Así es que, a las salidas de los turnos, se volvieó a ver lo que era una postal cotidiana: filas y amontonamiento de trabajadores por todos lados, demostrando, por si hacía falta, lo poco que le importa a Don Paolo la salud de sus trabajadores. Esto es algo que a los empresarios no les quita el sueño y la única diferencia con las caóticas imágenes de las filas de jubilados frente a los bancos, es que en la portería de la acería no estaban las cámaras de ningún medio.