Pasó otro 24 de marzo, de lucha en las calles, de marchas, de memoria y reclamo de justicia. Día también de disputa política por el significado de las fechas, del recuerdo de los 30 mil. De luchar contra quienes pretenden apropiarse de la memoria para fines electorales, propagandísticos o del tenor que sea. En este marco es que se inscribe el Documento del Encuentro Memoria Verdad y Justicia, espacio integrado por más de 300 organizaciones de derechos humanos, estudiantiles, sociales, sindicales y políticas; que todos los 24 de marzo marcha en todo el país, junto a familiares de los desaparecidos, como también a decenas de miles de personas que, cada generación, se suman a la lucha.

Cada año, el aniversario del golpe del 76 nos recuerda que este hecho de la historia que ya está cerca de cumplir el medio siglo, sigue formando parte inevitable del presente argentino:  cada vez se revisan sus razones y se revuelven sus dolores y se traen al presente los datos –una de las modas más reciente – preguntarse si fueron o no treinta mil.

Eran cerca de las 20,30 y un Falcon Verde la interceptó cuando estaba cerca de llegar a su casa, regresando de hacer algunas compras en el barrio. La agarraron, ella gritó el nombre de Lucrecia, su vecina y a quien le alquilaba el lugar en el que vivía con José, su compañero, pero los captores la redujeron, la introdujeron en el auto y huyeron a toda velocidad.

Como ya reflejamos en otras notas, la película Argentina 1985, sobre el juicio a las Juntas Militares, demostró que la herida abierta por la dictadura militar sigue doliendo en la sociedad argentina, abriendo un debate sobre los diferentes miradas del tema, que obviamente incluye al propio film.
En este caso, presentamos una entrevista que hiciéramos a Rubén Plataneo, cineasta y también militante en defensa de los derechos humanos.

Argentina 1985 se ha convertido  en un éxito de taquilla con más de un millón de entradas vendidas, y seguramente también tendrá un éxito importante en las plataformas. Justo es decir que ha generado un debate, sobre todo en sectores militantes de derechos humanos  e intelectuales y quizás también, aunque más dudoso, en el denominado “gran público”. Si bien todo hecho artístico expresa razones ideológicas, inevitablemente, como Argentina 1985 aborda hechos históricos recientes desde determinadas miradas políticas, merece no solo una crítica estética, sino una clara delimitación de estas miradas.