Artículo publicado en terrapalabras. historias encontradas.
Enlace original: Las vidas encontradas de Juan Giovetti

Por Hernán Scandizzo

Juan Julián Giovetti nació el 4 de diciembre de 1880 en la comuna de San Giorgio Canavese, provincia de Turín, región de Piamonte, Italia; hijo de Rosa Maschero y José Giovetti. De oficio mecánico, llegó a la Argentina el 13 de noviembre de 1900 y tuvo una vasta trayectoria en el movimiento obrero y anarquista. Desarrolló su militancia en las provincias de Entre Ríos, Tucumán, Córdoba, Santa Fe y Río Negro; también pasó algún tiempo en Santiago del Estero, Formosa y Jujuy. En la década de 1930 se vinculó al Partido Socialista. Murió el 26 de julio de 1951 en Avellaneda, Buenos Aires.

El escritor santafesino Gastón Gori fue quizá el primero en rescatar la figura de Giovetti. En el libro La Forestal,1 se refirió a la relevancia que el mecánico italiano adquirió en la confrontación con la compañía británica La Forestal. En Villa Guillermina, Juan promovía la organización de los trabajadores del hacha y el tanino para enfrentar a la patronal y al carácter que la FORA sindicalista le imprimía a los sindicatos del Chaco santafesino. En el marco de esas disputas, en febrero de 1920 comenzó a publicar el periódico Añá Membuí.

Añá Membuí se puede traducir como Hijo del Diablo y, aunque tiene otras acepciones, nos quedamos con esta. Un nombre potente para una publicación, es levantar el guante y avanzar con la potencia de lo que era considerado un insulto. Por esos años Fernando Gualtieri en poema La Canción de Satanás, cual añá membuí, se presenta: “Yo soy Satán… Mi espíritu rebelde / Se infiltra por doquier”. En el caso de Giovetti, su hijo del diablo, fue en guaraní, en un idioma de la tierra y, en el contexto de La Forestal, en una lengua de las y los de abajo.

Gori le dedica algunos párrafos al periódico, que nos acercan a Giovetti y su calidad de propagandista.

El pensamiento popular más cercano, el que surgía allí mismo donde se estaba reflejando la nueva conciencia, era reflejado en el Aña Membuí, como interpretación local de la vida en las poblaciones forestales. […] Por sus publicaciones en el Aña Membuí, Juan Giovetti ‘era malquistado por el gerente Eduardo Bianchini’ y era cosa bien sabida que la Compañía no aceptaba en el seno de sus poblados a hombres que ilustraran a los obreros sobre sus derechos, a hombres que pusieran al descubierto la enormidad de sus ganancias en un medio que se caracterizaba por la vida espléndida de los empleados superiores y por la miseria en los obrajes y poblaciones. 2

Del Añá Membuí aparecieron dos números, en abril de ese año Giovetti fue detenido y expulsado de los dominios de La Forestal, pero sobre aquellos hechos volveremos más adelante. Porque si bien su nombre está asociado a las luchas libradas en los dominios de La Forestal, su vida militante en Argentina comenzó antes de 1920 y tampoco terminó allí.

Sans Culottes

A mediados de 1902 Juan Giovetti residía en la ciudad entrerriana de Victoria, desde allí mantenía contacto con los periódicos La Protesta Humana y L’Avvenire, ambos de Buenos Aires. Para 1906 se había establecido en Paraná, capital de aquella provincia, y seguía recibiendo la prensa anarquista de Buenos Aires.3 Ya en esos primeros años de permanencia en Argentina estrechó un fuerte vínculo con La Protesta y se interesó por difundir el periódico, conseguir suscriptores e impulsar campañas financieras para su sostenimiento.

En junio de 1907 Juan residía en la ciudad de Córdoba.4 Poco después, en septiembre, La Protesta publicó la crónica de un acto de propaganda realizado en Tucumán donde intervinieron dos delegados en gira de la FORA, el texto lo firmaba por G. [¿Giovanni?] Giovetti.5 De la prensa anarquista esos años surge que Juan estaba en permanente movimiento, ¿por cuestiones labores, por militancia, por ambos? ¿por su militancia tenía que cambiar permanentemente de trabajo y lugar de residencia?

En noviembre de 1907 La Protesta publicó una carta fechada en Paraná y firmada con el seudónimo Sans Culottes. Según consta en el prontuario que la División Orden Social de la Policía de Río Negro le dedicó, Giovetti usaba el seudónimo Literio Sansculotte.6 La coincidencia en parte del seudónimo, es un elemento que hace pensar que Juan se ocultaba detrás de Sans Culotte. Otro, es que ese mismo seudónimo estaban firmadas muchas de las notas del periódico anarquista La Ráfaga, que por esos tiempos comenzó a publicarse en Paraná, con el cual estaba vinculado el inquieto mecánico.7 Y el tercer elemento, su participación en otros periódicos, dado que no solo estuvo al frente de Añá Membuí sino también en Odios!, del que fue responsable y publicó en Tucumán en 1913.8

La Protesta publicó las cartas/crónicas de Sans Culottes, al menos, hasta febrero de 1910.9 En el ellas el cronista se refería a las actividades de propaganda desarrolladas en diferentes localidades de Entre Ríos, insistía en la necesidad de promover la organización de los trabajadores en la FORA, denunciaba la burocratización en los sindicatos nacientes, informaba sobre las huelgas declaradas y, también, de actos de vindicación, como el intento de un obrero de ahorcar a su patrón.10 En el mismo período, 1908 – 1910, Sans Culottes fue uno de los principales redactores de La Ráfaga,11 incluso tenía una columna titulada Noticias de la calle. Fue él mismo, también, quien publicitó la aparición de La Ráfaga en La Protesta.

“Un periódico que cruzará por todos los pueblos de las provincias de Entre Ríos y Corrientes y la gobernación de Misiones, lo que hacía falta para acelerar la propaganda. (…) Que La Ráfaga sea entonces la antorcha de los entrerrianos y correntinos que duermen aun en la noche de la ignorancia.”12

Un objetivo ambicioso de Juan, del grupo editor… ¿en qué medida La Ráfaga fue esa antorcha? En enero de 1910 se publicó la última edición de La Ráfaga y JuanGiovetti habría permanecido en Entre Ríos hasta entonces, sin interrumpir, claro, los viajes a otras provincias.13 Al dejar la provincia abandona el seudónimo Sans Culottes. En marzo de 1910 La Protesta acusó recibo del dinero que, en concepto de suscripción, envió I. Giovetti desde Añatuya, Santiago del Estero.14 ¿Se trata de un error de imprenta que borroneó la huella de Juan? Es muy posible, porque Añatuya es una de las estaciones del entonces Ferrocarril Central Norte, en el que trabajó por esos años.

Movimiento continuo

Luego de esa referencia aislada de su paso por tierras santiagueñas, se le pierde la huella hasta marzo de 1913. En la edición del día 23 La Protesta menciona a Giovetti y a Domingo Ovejero, integrantes del Centro de Estudios ‘Rumbos Nuevos’ de Tucumán, como los responsables de una rifa para apoyar financieramente a La Protesta y a Odios!. En diciembre de ese año Giovetti pide, a través de La Protesta, que dejen de enviarle a Tucumán el periódico Regeneración, de México. Sí, también para eso servía La Protesta, no solo para difundir artículos doctrinarios y luchas obreras. Con certeza, el pedido no se debía a diferencias ideológicas sino a una nueva partida. El 2 de febrero de 1914, una vez más La Protesta, da otra pista de los movimiento del mecánico italiano. El decano de la prensa anarquista de Argentina publica las impresiones de la visita de Giovetti a Asunción del Paraguay.

[Q]uedé impresionado al encontrar un fuerte núcleo de buenos, activos e inteligentes camaradas. Con los muchachos de «La Voz del Pueblo». Recorrimos todo. De paso conocí «La Unión Gremial; El Centro Rafael Barret, y la Federación Obrera Regional Paraguaya». Todos contribuyen en algo para la marcha progresiva de nuestras ideas.

Inmensa satisfacción es por las calles de una ciudad desconocida vagabundear y de cuando en cuando, furtivamente, como de paso, entrever en hogares desconocidos sobre una mesa o el respaldo de una silla a nuestro diario, LA PROTESTA.

Si, en Asunción, es digno de hacer constar, hay muchos compañeros. Activos, los millares de manifiestos anarquistas y gremiales, pegados por la ciudad, son prueba convincente de que algo hacen. ¡Lástima que haya chismes y personalismos! – me decía un amigo.

El ambiente, sin duda, se purificará. Y entonces, quedarán los buenos, y éstos harán obra profícua y sana.15

Para entonces Juan se había radicado en Formosa, donde permaneció al menos hasta entrado 1915; luego retornó a Tucumán. En la edición de julio de 1917 de El Obrero Ferroviario, órgano de la Federación Obrera Ferrocarrilera, es mencionado en una extensa crónica sobre una huelga en los talleres de Tafí Viejo.16

El 12 de mayo de 1918 La Protesta acusó recibo del dinero enviado por Giovetti desde Ledesma, Jujuy; y el periódico La Obra lo hizo en junio.17 En julio estalló en el ingenio azucarero Ledesma una huelga sin precedentes. Hasta el momento poco se escribió sobre esa huelga y en las fuentes disponibles en línea no hay constancia de que Juan haya intervenido. De haber permanecido en la localidad cuesta imaginar, a la luz de su trayectoria, que se hubiera mantenido al margen.

Tras aquella referencia se pierde una vez más el rastro de Giovetti. Es posible que tras su paso por la localidad jujeña se haya instalado en Cruz del Eje, dado que se le imputó haber participado del incendio de vagones del Ferrocarril Central Norte. El hecho en cuestión ocurrió en enero de 1919, en el marco de la huelga declarada contra la represión que en Buenos Aires intentó ahogar la efervescencia obrera. Ese mismo año se estableció en Villa Guillermina, donde ingresó a trabajar como mecánico en la fábrica de tanino de La Forestal, a poco de llegar comenzó a tener una activa participación en el sindicato.

El añá membuí

El 13 de febrero de 1920 La Protesta publicó una nota que Giovetti firmó con su nombre. Allí describe el día a día en los dominios de empresa británica tras la huelga que en 1919 paralizó por completo el establecimiento y anticipa la confrontación en ciernes.

Creíamos, nosotros, ingenuos, en que un sentimiento humano, a fuer del odio contra los humildes, albergara también en los corazones de los negreros de La Forestal, personificada aquí en el gerente local [Bianchini]. ¡Cuan equivocados estábamos! El mismo que en tiempo atrás, a sus órdenes los matones policiales ordenaban deportaciones de compañeros, el mismo, que, cual Pilatos se lavaba las manos frente al asesinato del compañero Victoriano Romero, el mismo que, herido en su amor propio, de un káiser destronado, en aquellos días de huelga, donde vió que todo su poder era nulo, que su influencia personal nada valía, ahora, terminado el conflicto, en vez de armonizar, cumple su misión de odio, […] y parece que una era de terror se aproxima.18

Más adelante, Giovetti, se enfocaba en la conducción de los sindicatos, enrolados en la FORA sindicalista, y convocaba a los obreros a rescatar sus organizaciones y darles otra orientación.

Que venga pronto este día, para que nosotros todos, los que con cariño y desinteresadamente caldeamos nuestro ánimo y nuestro espíritu en estos movimientos proletarios, cuando hermanados por un sentimiento único, la palabra dulce «compañero», repercuta armoniosa en nuestros tímpanos, cuando desaparezca de entre nosotros el matonismo, estos tartufos e idiotas, que frente a nuestros argumentos, ofertan patadas, demostrando con esto su cultura y el grado que les corresponde en la escala zoológica; cuando el bien se oponga al mal, cuando las iniciativas buenas surjan, entonces con orgullo diremos: Este es nuestro Sindicato.”19

En aquella nota también anunciaba la inminente publicación de Aña Membuí, fruto de la “iniciativa particular de algunos compañeros”, y anticipaba: “Será un grito de odio, de rabia y de imprecación contra toda tiranía y será un vocero de amor que hermanará a los parias de esta tierra”. Pero Aña Membuí tuvo una corta vida, porque sus editores fueron encarcelados. Según el periódico El Libertario, los arrestos no solo fueron instigados por “los ‘señores’ de ‘La Forestal’” sino que además responsabiliza a “los camaleones” de la FORA sindicalista, dado que desde la novel publicación se alentaba la realización de un congreso extraordinario para desplazar a la conducción y orientar la organización obrera a la lucha finalista planteada por la FORA Comunista.20

El Libertario reconstruyó la labor militante realizada por Giovetti en el Chaco santafesino.

Llegar él e iniciar la propaganda de sus ideas, fué todo uno, pues ¿dónde irá el buey que no are? Su esfuerzo constante mucho hizo por lograr la organización de los obreros de «La Forestal», y después, una vez lograda ésta, por su buena orientación […]. Esta labor, llevada a cabo con tesón, concitó contra Giovetti el odio de los jefes del establecimiento y de la autoridad que a ellos obedece. Con la aparición de «Aná Membuï»[sic], ese odio, como es natural, se acentuó más aún, proponiéndose, entonces, los que sentían ese odio, matar el periódico y poner a quien o quienes lo hacían en situación de no poder continuar su propaganda.21

En abril de 1920, cuando los obreros reclamaban el cumplimiento del convenio acordado con la compañía el año anterior, Giovetti fue detenido, según Gori, a pedido del gerente de La Forestal. Era acusado “de ser el autor principal de los atentados cometidos en el F. C. Central Norte” y quedó a disposición de las autoridades cordobesas.22 Alejandro Jasinski relaciona esta detención con el rol que Giovetti había jugado en la huelga que paralizó La Forestal el año anterior.

La policía departamental de General Obligado, subvencionada por la compañía de tanino, detuvo a Giovetti el 19 de abril de 1920. Apenas anoticiados, los trabajadores de Villa Guillermina realizaron multitudinarias asambleas. Los tensos encuentros no alcanzaban puntos de acuerdo. La «cuestión Giovetti» los ponía en una encrucijada. Hacía pocos meses, habían arrancado a la empresa un pliego de 35 puntos, después de una huelga general en todos los pueblos forestales que había durado un mes entero. Giovetti, delegado de los trabajadores, había sido uno de los oradores del acto principal en medio del conflicto. Ahora estaban en tensión por alcanzar el cumplimiento de los acuerdos. ¿Había que declarar la huelga de forma inmediata, solicitando la liberación de Giovetti? Centenares de trabajadores se dirigieron a la fábrica al día siguiente, con el objetivo de detener la producción.23

La nota aparecida en mayo de 1920 en El Libertario complementa el relato de Jasinski.

Una comisión [obrera] pidió la libertad del detenido al comisario, negándose éste. Entonces los obreros de Villa Guillermina se decidieron a empeñar la lucha, y a este fin, unos cuantos de ellos se disponían a dar la señal convenida tocando el pito [de la fábrica], cosa que el gerente Bianchini quiso impedir disparando varios tiros contra el grupo de obreros. Los agredidos, entonces, en defensa propia, acometieron al gerente con fierros arrancados de las máquinas [y lo mataron].24

La acción obrera no logró impedir que Giovetti fuera trasladado a Córdoba. Aquellos sucesos fueron el preludio de nuevas huelgas y de la sangrienta represión de los obreros del tanino a cargo de la gendarmería volante y el ejército, que persiguió y asesinó a más de 600 trabajadores. Se desconoce qué sucedió con Juan en Córdoba, Jasinski supo, por testimonio de una nieta de Giovetti, que luego de su paso por Santa Fe, su abuelo se casó con una mujer misionera y se estableció en Río Negro, donde tuvo dos hijos. Según datos tomados del portal Ancestry, Giovetti se casó con Leonor María de los Dolores Gutiérrez y en noviembre de 1928 tuvieron un hijo al que llamaron Numen.

En Patagonia

No hay precisiones de cuándo se estableció Giovetti en San Antonio Oeste e ingresó a trabajar en el Ferrocarril del Estado, pero sí referencias del ambiente obrero en el que se insertó. En los primeros meses de 1921 en aquella localidad, que entonces era un importante nudo ferro-portuario, se produjo una prolongada huelga ferroviaria.25 La medida de fuerza no tuvo el mejor final, la solución negociada por el sindicato no conformó a todo el personal de Tráfico y Talleres, varios trabajadores no volvieron a sus labores y fueron reemplazados. El desenlace del conflicto debilitó la organización obrera o, por lo menos, contribuyó a eso. La primera referencia a la actividad sindical de Juan en el norte de la Patagonia es su intervención en el proceso de reorganización de la seccional local de la Unión Ferroviaria. En 1923, en el marco de otra huelga, se puso en pie el sindicato y Giovetti fue elegido secretario de la comisión directiva provisional.26

A principios de 1924, según surge de La Protesta, Juan participó Desde San Antonio Oeste en campañas financieras en beneficio del Comité Pro Presos y Deportados.27 Esa es la última referencia encontrada a su participación en iniciativas del movimiento anarquista. A partir de la segunda mitad de 1924 los enfrentamientos al interior de este movimiento derivaron en una lucha fratricida, pugna en la que Giovetti no tomó partido por ninguna de las facciones. En los años siguientes, y hasta el golpe de Estado de 1930, aparece en la lista de suscriptores de periódicos de las diferentes tendencias – como La ProtestaLa AntorchaIdeas y El Libertario, vocero de la Alianza Libertaria Argentina –, quizá esa fue su manera de militar contra el sectarismo. Tampoco de su militancia sindical encontramos referencias, es probable que se haya mantenido activo en la sección local de la Unión Ferroviaria, aunque sin intentar orientar el sindicato hacia el finalismo revolucionario de la FORA anarquista, como había hecho en Villa Guillermina.

En su prontuario de Orden Social, confeccionado tras el golpe de Estado de 1930, solo hay antecedentes previos a su llegada a San Antonio Oeste. Según un informe de la Policía de la Capital Federal de noviembre de 1931, Giovetti estaba sindicado como un ácrata peligroso, que había sido un activo propagandista de La Protesta en las provincias de Entre Ríos y Córdoba, “habiendo contribuido a la venta y distribución de folletos subversivos”. Sin embargo, no registraba antecedentes penales.28

En enero de 1933 el agente consular de Italia en Carmen de Patagones solicitó a la policía del Territorio de Río Negro “antecedentes policiales y judiciales […] del súbdito italiano Juan Giovetti”,29 a pesar de que llevaba más de tres décadas fuera de su tierra natal. Tal vez se interesaban por él porque a la Italia fascista habían llegado noticias de su activismo en algún intercambio, entre Estados, de fichas de ácratas y otros delincuentes peligrosos. O tal vez Juan, cuando llegó a Buenos Aires con apenas 20 años, ya una pequeña bomba de odio.

El 1 de mayo de 1934 Giovetti fue orador en el acto del Día del Trabajador organizado por el Centro Socialista de San Antonio Oeste; no había salido de circulación. La nota publicada en La Vanguardia no aporta muchos detalles del acto, solo reseña que “el compañero Juan Giovetti” explicó el significado del 1° de Mayo e hizo algunos comentarios sobre “la crisis económica que afecta al proletariado”. No es presentado como una persona ajena a la organización sino como un miembro de ella.30 Quizá el ambiente represivo y el debilitamiento del movimiento anarquista acercaron al mecánico italiano a las filas del Partido Socialista. De su militancia en esas filas queda todo por indagar.

También en 1934 Giovetti participó del congreso de la Unión Ferroviaria, lo hizo como delegado de las seccionales San Antonio Oeste y Comodoro Rivadavia (Chubut).31 Al año siguiente fue elegido presidente de la sección sanantoniense de la Unión Ferroviaria.32 Cómo siguió su derrotero político y sindical, seguramente otras investigaciones despejarán esa incógnita. En marzo de 1949 el Comando de Comunicaciones de la 6ta División de Ejército en Neuquén pidió a la policía de Río Negro antecedentes de Giovetti, es el último pedido de ese carácter que figura en su prontuario.33 Dos años después Juan Giovetti, el sans culottes, el añá membuí, el socialista, el delegado de la Unión Ferroviaria, murió en el sur del Gran Buenos Aires. Fue protagonista de una vida de luchas, tan intensa, que fueron muchas vidas.


Notas:

1 Gori, Gastón (1974) La Forestal, Buenos Aires, Proyección.

2 Gori, 1974, pp 167-168.

3 Además de La Protesta recibía el periódico Fulgor.

4 “Correspondencia administrativa”, en La Protesta, 18 de junio de 1907, 4.

5 G. Giovetti, “La propaganda nell’interno della F.O.R.A.”, en La Protesta, 28 de septiembre de 1907, 2.

6 Prontuario de Juan Julián Giovetti, Policía de Río Negro, Oficina de Investigaciones, Sección Orden Social N° 33, disponible en el Archivo Histórico de la Provincia de Río Negro.

7 En la edición del 1 de septiembre de 1908 de La Ráfaga, en una nota titulada “De la propaganda”, se menciona un discurso improvisado que hizo Giovetti en una velada organizada en Paraná por el cuadro filodramático La Ráfaga.

8 De esta publicación, al parecer, no se conservan ejemplares, sin embargo Inocencio Pellegrini Lombardozzi, en el libro “Lecturas Subversivas. Prácticas culturales desarrolladas en torno al mundo de la lectura entre los anarquistas de principios del siglo XX en Chile”, publicó una lista de publicaciones recibidas por el periódico anarquista La Batalla, de Santiago de Chile, y en el caso de Odios!, Juan Giovetti aparece como responsable.

9 Entre 1907 a 1909 en La Protesta encontramos notas firmadas tanto con su nombre o como con su seudónimo, estas colaboraciones, inicialmente eran publicadas en italiano.

10 Sans Culottes, “Correspondencias – Paraná”, en La Protesta, 6 de noviembre de 1907.

11 El primer número del periódico apareció el 15 de julio de 1908 y estaba a cargo del cuadro filodramático La Ráfaga, a partir del número 3 (1.10.1908) se convirtió en vocero de la Federación Obrera Entre Riana (sic). Se publicaron 12 números, el último fue el 22 de enero de 1910.

12 Sans Cullottes, “De Paraná”, en La Protesta, 13.05.1908, 2- 3.

13 En la edición del 19.10.1908 La Protesta acusa recibo de dinero enviado por J. Giovetti desde Tucumán.

14 “Correspondencia Administrativa – Sección Caja”, en La Protesta, 23 de marzo de 10, 4.

15 J. Giovetti, “Impresiones paraguayas”, en La Protesta, 15 de febrero de 1914, 3.

16 “La huelga en los talleres de Tafí Viejo”, El Obrero Ferroviario, julio de 1917, 1- 2.

17 En las notas administrativas de las ediciones del 1 y 15 de junio La Obra publica los montos enviados por J.G. desde Ledesma. En la nota del 15 de junio se detalla que parte del dinero enviado a La Obra era en pago de dos ediciones del periódico La Rebelión. Pedía expresamente que le envíen solo esas dos ediciones, ¿no pensaba permanecer mucho tiempo en la localidad?

18 Giovetti, Juan “Villa Guillermina. Miserias y ruindades”, en La Protesta, 13 de febrero de 1920, 3.

19 Giovetti, La Protesta, 13 de febrero de 1920, 3.

20 “Los sucesos de Villa Guillermina”, en El Libertario Nº 1, Buenos Aires, 22 de mayo de 1920, 7-8.

21 “Los sucesos de Villa Guillermina”…

22 “Los sucesos de Villa Guillermina”…

23 Jasinski, Alejandro “Juan Giovetti, un anarquista piamontés perseguido desde La Forestal a Río Negro”, en Revuelta obrera y masacre de La Forestal, 25 de mayo de 2017.

24 Los sucesos de Villa Guillermina”…

25 Scandizzo, H. «SAO 1921: La verdadera subversión de la normalidad», en terrapalabra, 12 de diciembre de 2020.

26 “San Antonio (Oeste), Río Negro”, en El Obrero Ferroviario, 16 de octubre de 1923, 4.

27 “Comité Pro Presos y Deportados”, La Protesta, 10 de febrero de 1924, 4.

28 Oficina de Investigaciones de Río Negro, Prontuario Nº21615. O.S. 33

29 Oficina de Investigaciones de Río Negro, Prontuario Nº21615. O.S. 33

30 “En San Antonio Oeste”, en La Vanguardia, 6 de mayo de 1934, 10.

31 “Secciones agrupadas y nómina de delegados”, en El Obrero Ferroviario, 1 y 16 de julio de 1934, 4.

32 “Comisiones Ejecutivas”, en El Obrero Ferroviario, 1-16 de junio de 1935, tapa.

33 Oficina de Investigaciones de Río Negro Prontuario Nº21615. O.S. 33