Rubén Kotler es historiador, habiendo estudiado en la Universidad Nacional de Tucumán y en la Universidad de Salamanca (España). Especializado en «Economía y Sociedad» y en «Historia de América». Actualmente se desempeña como encargado del área de historia oral del Archivo Histórico de la Universidad Nacional de Tucumán y como auxiliar docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT. Es cofundador de la Asociación de Historia Oral de la República Argentina y coadministrador de la Red Latinoamericana de Historia Oral. Especialista en historia reciente de Tucumán (Argentina), con especial mención a las décadas de los sesenta y setenta y la historia del movimiento de derechos humanos de la provincia.

Borrador Definitivo: ¿Cómo te parece que influye la profunda crisis social y política en este proceso electoral y en la expresión de rechazo de grandes sectores al régimen político (abstención, voto en blanco, etc.)?

Rubén Kotler: Creo que la crisis económica, política, social y cultural atraviesa directamente a muchísimos sectores, a millones y millones de personas que no se sienten identificados con el régimen democrático burgués y que optan, en principio, por dos alternativas. Una es abstenerse de ir a votar y otra es votar en blanco como un elemento disruptivo quizás para el propio sistema; y que ven que las viejas promesas de la apertura transicional democrática, cuando Alfonsín decía que “con la democracia se come, se educa y se cura”, no han sido resueltas. Y en el último tiempo, no ya ahora bajo el gobierno de Alberto Fernández, ni siquiera bajo el gobierno de Macri, sino ya desde los últimos años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, esto se vio acentuado con una crisis cíclica que ya lleva más de 10 años y que termina afectando a importantes sectores medios y bajos. Crisis y que tiene entrampada a la Argentina a partir también del beneficio que se ve que gozan los sectores financieros parasitarios y del que nos perjudicamos la mayoría de los trabajadores ocupados o desocupados. Creo que la relación es directa, que se entiende y que hay que prestarle atención. Las izquierdas deben prestar atención porque esas expresiones no tienden a aportar un voto, un acercamiento a las izquierdas.

BD: ¿Milei es el fascismo? ¿Vale aliarse con Massa con tal de evitarlo como dicen muchos? ¿Qué opinas de esto?

RK: Yo sí creo que Milei representa un tipo de fascismo, un tipo de fascismo novedoso, que ha conseguido aliarse a algunos sectores como el bussismo en Tucumán, y que le ha dado una nueva vida a estas expresiones. Pero no creo que aliarse con Massa o votar a Massa en una eventual segunda vuelta implique un freno al propio candidato de esta falsa libertad. Lo que creo es que el peronismo en las elecciones generales va a mover el aparato en función de que su candidato, Sergio Massa -ex militante de otro partido liberal que recordamos muy bien en Argentina como la UCD- gane las elecciones. Me parece que son alternativas o versiones de un espectro político partidario que son bastante similares en algunos puntos. Massa puede prometer una cantidad de cosas como las prometía Menem en el ‘89 cuando hablaba de “salariazo y revolución productiva”, para terminar haciendo todo lo contrario. De hecho Massa promete hacer cosas que el Massa actual, siendo ministro de Economía, no está haciendo; o está haciendo cosas que se supone que después, cuando sea presidente, no hará, como el ajuste, la devaluación salvaje y la promoción de una inflación en un espiral que lleva ya tantos meses y que termina impactando en los salarios.

En este sentido, no creo que tengamos que tener un miedo especial a Milei. Un dato que me parece fundamental para entender cuáles son las alianzas de Massa es el acuerdo firmado a finales de septiembre con Estados Unidos en materia de seguridad: Milei propone la motosierra directamente como medida para achicar el Estado y para reprimir cualquier protesta social, pero también Massa, directa o indirectamente, está prometiendo prácticamente lo mismo.

BD: En este marco general: ¿Cómo ves la política de la izquierda en esta campaña electoral? ¿Te parece que está a la altura de las circunstancias o que está leyendo bien la realidad actual?

RK: Yo creo que la izquierda ha cometido errores, algunos viejos errores y algunos nuevos errores. El divisionismo, el no comprender la realidad o el no poder leer la realidad hacen que millones de personas no se sientan representadas por las opciones electoraleras de izquierda, como son todas las divisiones o las facciones del trotskismo. Creo que la división es una de esas problemáticas en un país donde tenemos un régimen político proscriptivo, y no hablo de Cristina Fernández de Kirchner sino de ese engendro llamado PASO.

En el debate presidencial que he podido observar, de la candidata del Frente de Izquierda, Miriam Bregman, sigo notando que la izquierda no está dispuesta a ser una opción de poder o a plantearse como alternativa de poder,  toda vez que no presenta el programa y el plan de gobierno ante un eventual triunfo de esta opción trotskista. Seguir a la defensiva es no entender que hay mucha gente que ya no quiere luchar, que quiere un trabajo, que quiere seguridad, que quiere tener los beneficios de los que gozan los sectores dominantes: tener un buen pasar económico: no quiere estar en la calle luchando eternamente y estar a la defensiva. Me parece que la izquierda tiene que ser capaz de poder explicar cuál es un programa, una alternativa de izquierda real en el caso de una eventual llegada al poder.

BD: Pasan las elecciones y la vida sigue. ¿Cuáles son los desafíos de los trabajadores y sectores populares para enfrentar lo que se vive hoy y al futuro gobierno ajustador?

RK: Creo que los desafíos de la clase trabajadora y de los sectores populares son los mismos desafíos que tenemos ahora. Después de las elecciones eventualmente puede haber una profundización en las medidas de ajuste y en las medidas de achicamiento del Estado. Creo que los trabajadores y que los sectores populares tenemos que estar preparados eventualmente para resistir esos embates que, como dije, no son nuevos y no son novedosos.

Los tres candidatos con opciones electorales para ganar en primera o en segunda vuelta vienen ofreciendo, de manera abierta o de manera solapada, exactamente lo mismo. Represión, porque sabemos que el plan de ajuste que en este momento se está llevando adelante se va a profundizar después del 10 de diciembre y no va a cerrar sin represión. Ya lo vimos en Jujuy, ya lo vimos en las protestas de los trabajadores del neumático. Creo que va a ser fundamental poder comenzar a pensar en la unidad de trabajadores de distintas áreas y en planes de acción conjunta. En esto creo que la izquierda va a tener, ahí sí, un papel fundamental en el sentido de poder mostrarse como una alternativa real, no solamente para estar agazapada esperando la represión sino también para poder organizar y promover cambios. El 2001 nos enseñó que con organización era posible dar vuelta o enfrentar a la represión en las calles, pero esa organización ha sido completamente desarticulada y creo que el gran desafío es volver a pensar en unidad, organización y coordinación de las distintas luchas que se vienen.