La huelga general y las movilizaciones contra la reforma del sistema previsional en Francia se cuentan entre las acciones más masivas y radicales de la clase trabajadora mundial en los últimos tiempos. Expresan la capacidad de resistencia ante reformas perjudiciales para los intereses de los trabajadores, que siguen premisas típicamente neoliberales, por mucho que se proclama al neoliberalismo muerto y enterrado. La reforma impulsada por Macron se alinea perfectamente con la búsqueda de aumentar la explotación laboral, prolongando e intensificando las jornadas laborales, en un contexto de creciente precarización del empleo.