Por segunda vez en poco más de un año, el gobierno anuncia una cuarentena estricta, que incluye restricciones a la circulación, pero que no detiene la producción ni afecta los intereses de la gran burguesía. La sensación parece de «déjà vu», de un retroceso a una situación similar a la de marzo del año pasado. Y en muchos la idea de todo un año perdido. Pero en honor de la verdad hay que decir que la Argentina no está en la misma situación de marzo del 2020, sino mucho peor. Mayor miseria, mayor desocupación, entre otras cosas.