La quiebra del Silicon Valley Bank significó el detonante de una crisis bancaria en los EE.UU. que se está replicando por Europa con velocidad. Los Estados de forma inmediata salieron al salvataje de las entidades en ambos lados del Atlántico pero sin poder detener los efectos que se manifiestan con las bajas bursátiles y la depreciación de acciones y bonos. Mientras tanto las empresas tecnológicas continúan despidiendo a miles de trabajadores. La incertidumbre y el fantasma de una crisis financiera similar a la de 2008 aumentan día a día.