Alrededor de las 6:30 de la mañana de hoy, jueves 5 de agosto, ocurrió en la acería Siderar una explosión que, de no haber mediado el azar, podría haber causado una tragedia.

Según casi todas las versiones que están circulando en la ciudad, el hecho se debió al derramamiento de agua dentro del Convertidor Nº 1 que en ese momento se encontraba lleno de arrabio (hierro líquido). Esto se habría producido por el descabezamiento de una lanza, desatando las condiciones que dieron origen al estallido.

Decíamos más arriba que medió el azar para que no fuera una tragedia, ya que, además de coincidir con el cambio de turno, la empresa contratista que habitualmente trabaja en el lugar había sido enviada a otro sector, y ello hizo que la zona estuviera vacía, y que no tengamos que lamentar pérdidas humanas.

Hay versiones que señalan que los problemas en el sector venían siendo denunciados por los obreros desde hace tiempo, pero que estos avisos nunca fueron tomados en serio por el personal jerárquico de la planta.

El momento de la explosión, captado por una cámara estática de la empresa.

Tanto en Siderar como en Acindar, las dos acerías más grandes del país, se producen por hora millones de dólares, y sus trabajadores cumplen con su jornada laboral en condiciones totalmente inseguras, además de tener que sufrir una precarización del trabajo cada vez más acentuada y una constante pérdida del poder adquisitivo de sus salarios. Obviamente, la patronal sólo ve en sus empleados unos medios para garantizar sus ganancias. Pero debemos señalar también que las dirigencias sindicales son cómplices y partícipes de estas condiciones laborales, así como también el mismo estado, que elije mirar hacia otro lado cuando pasan este tipo de cosas, e incluso otras mucho peores, como por ejemplo el accidente que se llevara la vida de Brian Albornoz, trabajador de Acindar, en junio de este año.

Las fotografías de cómo quedó el sector después de la explosión: