A nuestros lectores les contamos que, en esta interesante nota se incluía un video, posteriormente censurado por YouTube. En dicho video estaba el audio original de la entrevista. Esta política no hace más que confirmar lo dicho por nuestro entrevistado sobre los mecanismos de censura sobre el tema COVID, que obturan cualquier balance y debate, hecho denunciado por un sinfín de científicos e investigadores críticos con la ciencia hegemónica. Algunos de los argumentos oficiales de esta sanción se enumeran en este link. Desde ya, invitamos a leer el reportaje.

A principios de mayo, la Organización Mundial de la Salud declaró finalizada la alerta mundial por la Covid-19 que había iniciado hace tres años.

En el mismo comunicado, se habla de una cifra de alrededor de 20 millones de muertes debido a dicha enfermedad, lo que choca con la cifra más realista de que se tenía registro hasta la fecha, que ronda los seis millones.

Pero además, se establece el fin de esta emergencia sin hacer ningún tipo de balance de las políticas aplicadas en torno a ella, como el encierro compulsivo, la suspensión de derechos básicos como la circulación, la suspensión de la atención médica de enfermedades preexistentes, la aplicación de vacunas experimentales a nivel masivo, la censura de cualquier voz disidente, aun viniendo de figuras ampliamente reconocidas en el mundo científico y médico. Políticas ordenadas a nivel mundial por la propia OMS y aplicadas por los estados nacionales según sus intereses políticos del momento.

Desde Borrador Definitivo hemos abordado ampliamente el tema en su momento, tanto con artículos de producción propia como con entrevistas a especialistas y reproduciendo notas periodísticas y estudios de sectores científicos críticos y silenciados. En esta nueva etapa, nos proponemos seguir fomentando el debate sobre este proceso que marcó al mundo entero y del que, quizás, aún se desconozcan sus efectos a largo plazo en la sociedad, y sobre su relación con el modo de producción y de vida del capitalismo actual.

La comunicación de YouTube que argumenta la censura de la entrevista al Dr. Moyano Babis citando «el consenso de los expertos provenientes de las autoridades locales o la Organización Mundial de la Salud (OMS)».

Quienes quieran escuchar un extracto de la entrevista, pueden buscarla, por ahora, en el siguiente enlace: LA NEGACIÓN DEL DEBATE Y LA AUSENCIA DE BALANCE SOBRE LA PANDEMIA DE COVID-19


Entrevista: Luis Cuello

Hace unos días publicamos una muy interesante entrevista al médico y docente rosarino Damián Verzeñazi: Dengue, Covid, Gripe Aviar… “No son desastres naturales, es una crisis socio ambiental”.

En esta ocasión, reproducimos otra entrevista, en este caso al Dr. Gonzalo Moyano Balbis, médico epidemiólogo y Coordinador de la Red de Medicamentos de ALAMES. Gonzalo, que ya ha sido entrevistado en ocasiones anteriores por este medio, ha abordado ampliamente las consecuencias de las vacunas experimentales contra la Covid-19 y la forma en que tanto los estados, las organizaciones médicas como los medios de comunicación, han entregado información errónea a la población. La anécdota con la que abre nuestra charla con él es un ejemplo de esto:

Gonzalo Moyano Balbis: Hace relativamente poco en un programa de formación sobre comunicadores sociales en el tema salud, con el auspicio de algunas organizaciones vinculadas con OMS e instituciones oficiales de más de un país de América Latina, pedían como un ejercicio un trabajo sobre comunicación en áreas de salud. Yo planteé un tema sobre las vacunas de COVID,  pero el coordinador del programa me dijo “No, nosotros no vamos a analizar eso porque es poner en cuestión el tema de las vacunas del COVID”. Yo entonces me fui de ahí porque no me pareció una cuestión seria que se censure de esa forma, pero me mantuve en un grupo de WhatsApp coordinado por él. Y ahí, hace poquitito justamente, se produjo una discusión respecto de esto que vos mencionas: la noticia del “final de la pandemia” y también se comentó el por qué se decreta esto sin ninguna evaluación de lo actuado.

El tema es que la OMS no solo decreta cuándo hay pandemia y cuándo no, sino que en el año 2009 cambió la definición de pandemia y puso como condición que no influyera tanto la tasa de mortalidad, sino la difusión de una enfermedad en diferentes países. Y con ese cambio se consideró que la pandemia de 2009, la gripe H1N1, era pandemia. Pero el mayor problema es que la OMS suele decir diferentes cosas, se contradice, no considera necesario ser coherente ni consistente, puede decir una cosa y al día siguiente lo contrario. Justamente ese es el problema.

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Borrador Definitivo: Una de las cosas que confunden es la cifra de muertes: ¿veinte millones, de dónde salieron?.

GMB: Sí. La OMS está hablando ahora de veinte millones de muertes cuando la información oficial es que en el total de la pandemia son seis millones, y habría que ver si esto es real o no. Partamos de la base que esa cifra es posible, pero es bastante poco seria en general, porque no está respaldada con datos suficientemente serios, aunque debe ser aproximadamente eso. Ahora… que se triplique los números de mortalidad es un disparate. No hay modo de chequear una cosa así. Solo que en esos veinte millones se estuvieran incluyendo todas las muertes que tuvieron que ver con las faltas de consistencia del sistema de salud para asistir la situación, al aumento de la pobreza, a la falta de atención de otros problemas, a la falta de vacunación de otras cosas que trajo aparejado el enfoque excesivamente intenso sobre la vacunación contra el COVID, por ejemplo un retraso en la vacunación de niños de sarampión y de poliomielitis y de otro montón de cosas. Si sumas todas las muertes que tienen que ver con eso, y que fueron políticas de la OMS, entonces podríamos decir que quizás haya 20 millones muertos, de los cuales 14 millones, serían directa responsabilidad de la OMS. No sé, sería una situación para analizar.

Gráfico con el número de fallecidos a causa del coronavirus registrados por la OMS desde el inicio de la pandemia, por continente – AFP / AFP / VALENTIN RAKOVSKY

BD: La anécdota que contaste al principio es muy interesante por pasar en un ámbito académico y científico, donde se supone que se debe analizar críticamente la sociedad. Pero además sabemos que las propias políticas de estado tampoco se cuestionaron mucho, y hoy se barren bajo la alfombra.

GMB: Sí, entendemos que es indispensable hacer un análisis crítico de todo esto y  que es lo que no van a hacer. Hace muy poco Filmus, actual ministro de Ciencia y Tecnología que prolonga la acción de Lino Barañao y de Salvarezza, dos tipos nefastos en el tema de Ciencia y Tecnología (ese ministerio,  que fue considerado como un enorme avance en la cuestión de la democracia sin saber muy bien a qué se dedica, además como si el hecho de que hubiera un ministerio significara algo en sí). Pero el tema es que Filmus anunció, en medio de aplausos, que se estaba entrando en la fase 3 de un proyecto de vacuna argentina, vinculada con el Conicet para la COVID. Justo en simultáneo con la finalización de la pandemia.

Uno puede tomar diferentes enseñanzas de esto. Una de ellas es que mientras tanto no se sabe nada de lo que el Estado invirtió en vacunas COVID para su amigo Sigman, que financió la vacuna de Oxford después transferida a Astrazeneca, y que después de todo esto, de recibir ese subsidio del estado, Sigman la vendió al propio estado. Lo mismo con Felgueras con el tema del laboratorio Richmond, que importó los bidones del producto de la vacuna Sputnik, que iba a producir en Argentina y no se produjo nada de eso. Entonces  pusieron millones de dólares en los dos laboratorios privados, sin financiar investigación argentina. ¡Y ahora aplauden que están llegando a la fase 3, a esta altura del partido! O sea, es una tomadura de pelo: aplauden que están gastando el dinero de todos para hacer cosas que no sirven para nada, salvo para beneficiar a sus amigos.

Entonces sí, hay que hacer algún tipo de reflexión crítica sobre lo que ha pasado con el COVID.

Otra de las cosas que es preciso decir es cómo el pueblo argentino aportó cuatro mil personas para una investigación, justamente la fase 4 de la vacuna de Pfizer. Antes de todas las contradicciones que después hubo con respecto a eso. Pero se tiene que saber que Pfizer mintió como hizo siempre. Pfizer es un laboratorio mentiroso históricamente. Acá en Argentina falseó los datos, omitió las complicaciones, echó la culpa de los problemas cardíacos a las personas, porque decían que eran problemas de ansiedad. ¡Nunca he visto una pericarditis con diagnóstico ecocardiográfico que la causa sea un problema de ansiedad!.  Esto era un tema de vacunas.

BD: Ahora, a pesar de todo esto que contas, y que son cosas conocidas dentro de la comunidad científica, y por supuesto por la OMS, asusta la censura que se impuso sobre cualquier voz disidente.

GMB: Otra anécdota: hace poco publiqué en YouTube una conferencia que dio una investigadora mexicana, Karina Whitehouse sobre los problemas con las inconsistencias de las experimentaciones que hubo sobre la vacuna COVID y YouTube, a los cinco minutos,  me bajó el video y me censuró por 90 días por decir cosas que estaban en contra del consenso de la OMS y de los especialistas (la OMS que, como estamos hablando, no sabe lo que es consenso porque un día dicen una cosa y otro día, otra). Estamos en ese nivel de censura para la difusión de materiales científicos. Yo apelé esa decisión de YouTube, citando materiales que se publican en revistas científicas especializadas y con absoluto consenso científico y por supuesto YouTube contestó como suele contestar estas cosas: “hemos analizado su respuesta y sostenemos nuestra sanción”, lo cual quiere decir que no vieron una mierda. Lo que hacen es sostener lo que dicen porque son pagos o porque no les interesa nada, o porque ideológicamente acuerdan con el abordaje y nada más.

Otro ejemplo: tengo acá un suelto de un diario uruguayo, El Observador. Es un una noticia de hace cuatro meses donde dicen que en Uruguay hay una curiosa suba de las muertes por problemas en las vías respiratorias que son inclasificables. Hay cuatro mil muertos que no tienen diagnóstico. Supuestamente tenían una enfermedad cardíaca o respiratoria, no se sabe cuál, y murieron. O sea, lo que quiero decir es que hay un panorama bastante incierto acerca de consecuencias que pueden tener que ver, o con algunas complicaciones de la COVID que no se conocen, o con las consecuencias de la vacunas. Porque Uruguay es uno de los países más vacunados con estas vacunas de ARNm.

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BD: Con vacunas como la de Astrazeneca, que fue eliminada de la vacunación en Dinamarca y en varios estados europeos porque se descubrieron consecuencias perjudiciales para la salud de las personas.

GMB: Sí, con la vacuna Astrazeneca, donde probablemente no podría saber exactamente por qué. Tal vez es porque sus consecuencias fueron más evidentes y más cercanas que las de Pfizer y Moderna. Fueron algunos problemas que tienen que ver con la coagulación, alteraciones del ciclo menstrual en las mujeres, tromboembolismos, algunos de ellos con consecuencias graves y algunos de ellos con muerte.

Pero los problemas de Pfizer y Moderna, yo me animaría a decir que son más complicados por varios problemas. No sé el número, porque justamente no hay información seria (quizá el número sea un poco menor que las complicaciones de la de Astrazeneca, no lo sé). Lo que sí puedo decir es que los mecanismos por los cuales existen los problemas de las vacunas ARNm son mucho más serios.

Y nos ponen en riesgo dado que finalmente te quedás con la idea de que las vacunas son buenas, o sea: que todas las vacunas son buenas. El hecho de que tengan la “bendición” de llamarse vacunas hace que no se pueda hacer nada con eso. Ni siquiera con vacunas que han causado muertes como la vacuna del dengue, que se ha suspendido porque ha causado muertes. Ni siquiera con la vacuna de Astrazeneca que se ha suspendido en varios países, por toda la cantidad de problemas que estamos diciendo. El hecho de que algo se llame “vacuna” hace que sea santo, independientemente de cualquier otra cosa. Ni siquiera con los problemas que está habiendo ahora con la Sabin Oral que está siendo considerada como un problema y que se duda en hacer campañas masivas de vacunación con ella,  porque en algunos casos está provocando nada menos que epidemias de polio. Porque depende de las condiciones en que estas vacunas son dadas en determinado tipo de poblaciones como en Siria o como en África, o en algún lugar donde hay una alta tasa de desnutrición y de problemas de vulnerabilidad de las personas que la reciben. Porque esta vacuna, de virus atenuado, y que sí crea inmunidad de rebaño, es efectiva en personas sanas, pero no en las condiciones de vulnerabilidad que decía antes. Y con esto no estoy diciendo para nada que no haya generado una situación completamente diferente de la epidemia de polio que hubo hace sesenta, setenta años. Lo que estoy diciendo es que las vacunas son un medicamento como cualquier otro, tienen sus inconvenientes, sus indicaciones, sus prevenciones, sus revisiones y todo eso.

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BD: Sin embargo, a pesar de lo que vos contás, las vacunas fueron presentadas como una salvación casi mágica, pasando por alto cuestiones de la ética médica.

GMB: Claro. Y es parte de lo que se ha instalado  no solo en Argentina, sino en buena parte del mundo como la norma: que ante una circunstancia tan complicada como es la COVID, tenemos que dejar de fijarnos en “pequeñeces”, cuestiones como los problemas que puede causar, entre otros, muertes y cosas así. Hay publicaciones que empezaron hace bastante tiempo ya, en plena pandemia (año 2020 y 2021) advirtiendo sobre las protecciones que había que hacer en las investigaciones clínicas, para garantizar los derechos de las personas y para la seriedad científica de los datos de una investigación.

Una de las personas que está haciendo publicaciones muy interesantes sobre sobre el tema se llama Susana Vidal, es una médica argentina que vive parte del tiempo en Uruguay y parte del tiempo en Suecia y es la coordinadora de la Red Latinoamericana de Bioética. Y ha hecho una serie de investigaciones muy interesantes sobre qué tipo de población se ha usado y qué tipo de cuidados se han salteado en experimentos médicos.

Esto es para saber que esto es sistemático y que no es ni casualidad, ni pequeños errores, ni circunstancias simplemente puntuales. Un caso es el de Guillermo Raux, un abogado argentino que formó parte voluntariamente del ensayo del experimento de Pfizer acá en la Argentina y que fue uno de los que tuvo una pericarditis diagnosticada por ecocardiograma. Pero que esos estudios se lo tuvo que hacer él particularmente porque el investigador del laboratorio que lo atendió le dijo: “no, estás muy ansioso, tomate un calmante, esto no es nada”. Este tipo no le creyó y se hizo un ecocardiograma y pudo ser diagnosticado, porque si no podría haber muerto. Y esto está negado por el laboratorio, que ha adulterado la historia clínica que figuraba en el control del experimento que estaba haciendo.

Y Argentina tiene experiencia en este tipo de experimentos. Uno de ellos produjo catorce niños muertos en el año 2007, en Santiago de Estero, San Juan y Mendoza. Y fue por una vacuna que ahora el Estado Argentino le compra al laboratorio en razón de dos millones de dosis anuales y es obligatoria en el protocolo. Para probar esta vacuna, que era de un neumococo, se reclutaron casi 15.000 niños de menos de dos años y hubo una cantidad enorme de transgresiones éticas para esto y murieron catorce niños. No se sabe exactamente si tuvieron que ver con la vacuna o no. Pero sí está comprobada la cantidad enorme de vulneraciones a los derechos de las personas: porque se les mintió, se les engañó, se les forzó, se hizo algunas maniobras para que aceptaran entrar en el protocolo absolutamente fuera de la ética.

Pero aun así, se plantea el tema de la ética como si fuera un problema de tipo menor. Las cuestiones de la de la ética tienen que ver con la humanidad y no con otra cosa. Y han surgido las grandes discusiones sobre ética en investigación después Auschwitz, y eso no son  pavadas. Y después de que, en Estados Unidos, se mandó al muere a 200 personas por engañarlas con la sífilis y dejarlas sin tratamiento durante decenas de años para ver cómo evolucionaba.

BD: Evidentemente no estamos hablando de nada nuevo, sino de la expresión del capitalismo en este mundo de los medicamentos, ¿no?

GMB: Pero cada vez peor. Porque se está generando una situación en la cual se promueve que no hay que tener ningún tipo de cuidado, porque tienen base en la ciencia y punto.

Y esto nos está llevando a que la solución para la sequía en Argentina no sea parar con el desmonte sino descubrir granos transgénicos que no necesiten agua, lo cual es un disparate absoluto.

Andrés Carrasco, cuando empezó a estudiar este tipo de cosas con el glifosato y la soja transgénica, dijo que creía que era casi un experimento a nivel masivo. Ahora estamos viendo que  si hubo una cosa en la que Andrés se equivocó es en la palabra “casi”. Porque es un experimento masivo al que estamos siendo sometidos en forma ya rutinaria. En un contexto en el cual estamos viviendo la situación de pobreza del casi el 50% (porque los datos que tenemos del 40% son de cuando estábamos mucho mejor de lo que estamos ahora), con una cantidad de niños pobres muy por encima del 50% y cuando hace más de 20 años nos habían dicho que con la soja no iba a haber más problemas con la pobreza, con la alimentación y con los dólares, que iban a entrar dólares a raudales. Y nada de eso pasó.

Después de eso vino Vaca Muerta, con sus múltiples idas y venidas, y están diciendo que va a ser la solución; en un mundo en que supuestamente se está comprendiendo que hay que terminar con los combustibles fósiles. Y están matando gente, desplazando pueblos originarios, haciendo bosta el suelo por una serie enorme de condiciones para conseguir dólares. Estuvo el tema las granjas de cerdos chinas. Y ahora viene el tema del litio, que ni siquiera es una fuente de energía sino una fuente de conservación de la energía eléctrica que en todo caso no va a producir energía, porque lo que va a producir son las baterías. En un contexto en el cual no sabemos si el día de mañana vendrá otra cosa que no será el litio. Y en el medio habremos secado las tierras, habremos desplazado gente, habremos hecho un desastre. Esperando dólares que vengan de fuera. ¡Es un desquicio absoluto!

Argentina es, en este sentido, un ejemplo de cómo se manejan mal las cosas. Y en términos de investigación clínica y de investigación científica, están destruyendo la tradición argentina de un valor enorme en todo este rango de cosas, en derechos humanos, en ética, en ciencia, en respeto (que nunca se terminó de instalar) para los pueblos originarios. Pero al menos en una época había una discusión sobre el tema y ahora está todo disfrazado con que son terroristas. ¡Hay cinco mujeres mapuche presas por defender su territorio y a nadie se le mueve un pelo! Estamos absolutamente locos. Es un disparate absoluto. En ese contexto estamos pasando por arriba de todos los derechos ¡Liberemos a las mapuches, hoy, mañana, ¿cuándo?! Es una cosa que no tiene sentido. Mejor dicho, el sentido que tiene es el de santificar la destrucción de los pueblos originarios en pos de la ganancia, ese es el sentido que tiene.


Quienes quieran profundizar en los temas desarrollados en esta entrevistas, y en muchos más en relación con la salud, los medicamentos, las pruebas científicas y las cuestiones de ética médica, puede visitar la web medicamentos.alames.org, coordinada por nuestro entrevistado.