A pocos días que la pelota dejara de rodar en el mundial de Qatar, el ejército del estado fascista de Israel asesinó al futbolista palestino Ahmad Atef Daragmah en la ciudad ocupada de Nablus. Tenía 23 años y jugaba en el club palestino Thaqafi Tulkarem. Mientras tanto en Irán, otro futbolista, Amir Nasr-Azadani, de 26 años, corre el riesgo de ser ajusticiado por el régimen de los Ayatolás.