Corría 1978 y Argentina se preparaba para ser la sede del Mundial de futbol. Lo supimos meses antes porque se llevaron compañeras del penal de Devoto. Un frío corrió por nuestras espaldas. ¿A dónde? ¿Para qué?. Éramos unas 800 presas políticas de la dictadura militar, distribuidas en dos edificios, uno de 3 pisos con hasta 7 pabellones y otro de 8 pisos con alrededor de 20 celulares. En los pabellones cabían hasta 30 detenidas. En los celulares, 4 por cada uno en un espacio de 3×2,50 m, con letrina incluida. Allí estábamos encerradas las 24 hs salvo 1 hora de recreo en el patio.