Virginia Creimer fue perito en casos como los de Luciano Arruga, Franco Casco, Facundo Astudillo Castro, Lucía Pérez, María de los Angeles Paris, y hoy de Leandro Bravo, entre muchos otros. Ademas recibió ataques en su domicilio, con abiertas amenazas enviadas por Etchecolatz, quien la denunció cuando ella tuvo la responsabilidad de un informe médico por el cual se le negó al genocida la posibilidad de prisión domiciliaria. Hoy la denuncian penalmente en la justicia penal, en el Colegio de Médicos, en la Facultad de Ciencias Médicas y en el rectorado de la Universidad Nacional de La Plata, por “calumnias e injurias” contra Darío Amado, ex médico policial, quien fue parte de la conocida asociación criminal conocida como la “Bonaerense”.